La libertad de Alba


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Alba. Alba era muy curiosa y aventurera. Siempre estaba buscando nuevas formas de divertirse y aprender cosas nuevas.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, se encontró con un abuelo salvaje. El abuelo era un hombre mayor pero aún tenía mucha energía y vitalidad. Él le contó a Alba historias sobre sus aventuras por todo el mundo cuando era joven.

Pero lo que más llamó la atención de Alba fue su amor por el fútbol y las motos. "¿Por qué te gusta tanto el fútbol y las motos?" preguntó Alba.

"Porque son dos cosas que me dan libertad," respondió el abuelo con una sonrisa en su rostro. Alba no entendía del todo lo que quería decir el abuelo, pero ella sabía que quería experimentar esa misma sensación de libertad algún día.

Un día, mientras caminaba cerca del campo de fútbol local, vio a algunos niños jugando al fútbol. Se acercó para verlos jugar y les preguntó si podía participar también. "Claro que sí," dijeron los niños emocionados.

Al principio, Alba luchaba por seguirles el ritmo ya que eran mayores que ella. Pero poco a poco aprendió los trucos del juego y comenzó a disfrutarlo más cada vez que jugaba con ellos.

Un día después del partido de fútbol, mientras regresaban a casa en bicicleta junto con los otros niños, vieron al abuelo salvaje montando una moto increíblemente grande. "¡Guau! ¡Esa moto es impresionante!" exclamó Alba. "¿Quieres subirte y dar una vuelta?" preguntó el abuelo con una sonrisa en su rostro.

Alba no lo pensó dos veces y se subió a la moto. El abuelo le enseñó cómo conducirla y juntos salieron a dar un paseo por el campo. Mientras conducía, Alba sintió esa misma sensación de libertad que había mencionado el abuelo antes.

Después de ese día, Alba comenzó a jugar al fútbol todos los días con sus amigos y también aprendió a montar en moto con el abuelo salvaje.

A medida que pasaba el tiempo, ella se volvía cada vez más hábil tanto en el fútbol como en las motos. Un día, mientras jugaban un partido importante de fútbol contra otro equipo del pueblo, uno de los jugadores se lesionó durante el juego.

Como resultado, necesitaban un jugador más para continuar jugando. Los otros niños estaban preocupados porque no tenían suficientes jugadores para continuar, pero entonces Alba recordó algo que le había dicho el abuelo salvaje:"El fútbol te da libertad".

Con eso en mente, Alba entró al campo sin miedo y comenzaron a jugar mejor que nunca. Con su habilidad y determinación lograron ganar ese partido importante.

Desde ese día en adelante, los otros niños empezaron a llamarla "Alba Abuelo Salvaje Fútbol Moto" por su amor por todas estas cosas increíbles. Ella sabía que había encontrado algo especial dentro de sí misma gracias al abuelo salvaje y nunca lo olvidaría.

Y así, Alba aprendió que la libertad no solo se encuentra en los campos de fútbol o en las motos, sino que también puede encontrarse dentro de uno mismo.

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