La libertad de Lucía
Lucía era una niña dulce y valiente que vivía en un pueblito rodeado de montañas y ríos. Un día, conoció a Alercchino, una mujer astuta y manipuladora que buscaba controlar a los demás.
Alercchino se acercó a Lucía con palabras dulces y regalos, ganándose su confianza. Poco a poco, Alercchino empezó a influenciar a Lucía, diciéndole qué hacer, qué pensar y con quién hablar.
Lucía, queriendo agradar a su nueva amiga, comenzó a sentirse dependiente de ella, perdiendo su alegría y confianza en sí misma.
- 'Lucía, mejor no salgas con tus amigos, quédate conmigo', le decía Alercchino. - 'Debes vestirte así para que te veas bonita', le ordenaba. Lucía, confundida, no sabía qué hacer.
Hasta que un día, con la ayuda de sus amigos del pueblo, Lucía comprendió que merecía ser libre y decidir por sí misma. Con valentía, se alejó de Alercchino y recuperó su autonomía y felicidad.
A partir de ese momento, Lucía aprendió a valorarse, a tomar decisiones por sí misma y a rodearse de personas que la apoyaban y respetaban. Descubrió que la verdadera amistad y el amor no controlan ni manipulan, sino que ayudan a crecer y ser uno mismo.
FIN.