La libertad de Rubí

En un hermoso jardín, lleno de flores de colores vibrantes y árboles frondosos, vivía Rubí, una mariposa muy especial. Su cuerpo brillaba como una gema y sus alas desprendían destellos que iluminaban el lugar.

A pesar de su belleza, Rubí anhelaba la libertad de volar por todo el mundo y conocer lugares nuevos. Sin embargo, había algo extraño en su entorno. Rubí se dio cuenta de que no podía salir del pequeño espacio en el que habitaba.

Todo a su alrededor parecía ser un holograma que la mantenía prisionera. Cada vez que intentaba volar más allá de los límites del jardín, chocaba contra una barrera invisible que la devolvía a su lugar.

Un día, mientras revoloteaba inquieta tratando de encontrar una salida, algo extraordinario ocurrió. De repente, todo a su alrededor empezó a cambiar. Las flores se pixelaban y los árboles se desvanecían como si fueran hechos de luz.

El jardín entero se transformó en un holograma al igual que el resto del mundo. Rubí quedó sorprendida y confundida ante esta nueva realidad.

"¿Qué está pasando? ¿Por qué todo es ahora como yo?"- se preguntaba a sí misma sin entender lo que ocurría. Fue entonces cuando escuchó una voz suave y melodiosa resonando en el aire. "Rubí querida, has llegado al momento en el que debes descubrir quién eres realmente"- dijo la voz misteriosa.

La mariposa brillante siguió la voz hasta llegar a un punto donde vio reflejada su imagen en un espejo holográfico. En ese instante comprendió la razón por la cual estaba encerrada en ese mundo irreal.

"Eres tan hermosa y brillante porque llevas dentro de ti toda la luz y energía del universo"- continuó hablando la voz-. "Tu misión no es volar por el mundo físico, sino irradiar tu luz desde adentro hacia afuera".

Rubí finalmente entendió que su verdadera libertad no dependía de poder volar lejos o explorar nuevos horizontes externos, sino de aceptarse a sí misma tal como era y compartir su brillo con todos los seres vivos.

Desde ese día, Rubí dejó atrás sus ansias de escapar y abrazó con alegría su papel único en el holograma del mundo. Se convirtió en un faro luminoso para guiar a otras criaturas con amor y compasión.

Y así, la mariposa brillante descubrió que la verdadera libertad reside en amarse a uno mismo y brillar con luz propia dondequiera que esté.