La lista de razones


Rosario y Joaquina eran dos hermanas muy unidas que compartían todo juntas. Desde pequeñas, siempre habían soñado con tener un perro, pero sus padres les decían que todavía eran muy jóvenes para cuidar de una mascota.

Un día, mientras caminaban por el parque, vieron a un perro callejero corriendo detrás de una pelota. Rosario y Joaquina se acercaron al perro y comenzaron a jugar con él.

El perro era amigable y cariñoso, lo que hizo que las chicas se enamoraran aún más de él. "¿Podemos quedarnos con él?", preguntó Rosario emocionada. "No sé si nuestros padres estarán de acuerdo", respondió Joaquina preocupada.

Las chicas regresaron a casa pensativas sobre cómo podrían convencer a sus padres para adoptar al perro callejero. Decidieron hacer una lista de razones por las cuales deberían tener un perro en casa: 1) Ellos serían responsables del cuidado del animal. 2) Un perro podría proteger la casa.

3) Tendrían compañía cuando estuvieran solos en casa. 4) Podrían llevarlo al parque y pasar más tiempo al aire libre. 5) Sería divertido enseñarle trucos y jugar con él. Con su lista completa, las chicas presentaron su caso ante sus padres.

Al principio los padres estaban escépticos debido a la responsabilidad extra que tendría la familia cuidando del animal, pero después de ver lo comprometidas que estaban Rosario y Joaquina, decidieron darles una oportunidad. "Está bien", dijo su padre.

"Pero ustedes serán responsables de cuidar del perro". "¡Sí!" gritaron las chicas emocionadas. Las chicas corrieron al parque para encontrar al perro callejero y lo llevaron a casa. Le dieron un baño y le pusieron un collar nuevo.

El perro estaba muy feliz, moviendo su cola de lado a lado. "¿Cómo vamos a llamarlo?", preguntó Rosario. "¡Max!", sugirió Joaquina. Y así fue como Max se convirtió en el nuevo miembro de la familia.

Las chicas cumplieron con su promesa de cuidar bien del animal, sacándolo a pasear todos los días, alimentándolo adecuadamente y dándole mucho amor y atención.

Un día, mientras estaban jugando en el parque con Max, vieron a una niña pequeña llorando porque había perdido a su perro. Las chicas se acercaron y ofrecieron ayuda para encontrar al perro perdido. Después de buscar por todo el parque, finalmente encontraron al perro escondido detrás de unos arbustos.

La niña estaba muy contenta cuando recuperó a su mascota y les dio las gracias a Rosario y Joaquina por ayudarla. Ese día aprendieron que tener un perro no solo era divertido sino también significaba ser amable con los demás e intentar ayudar siempre que pudieran.

Desde entonces, Max se convirtió en el mejor amigo de las chicas y les enseñó la importancia de ser responsables, amables y compasivos hacia los demás animales.

Y aunque tuvieron algunos desafíos en el camino, nunca dejaron que nada los separara.

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