La Llave del Amor Eterno
Había una vez en el Huerto del Edén, un lugar maravilloso lleno de flores de todos los colores y árboles frutales. Adán y Eva vivían allí felices, disfrutando de todo lo que Dios había creado para ellos.
Un día, mientras paseaban por el huerto, encontraron un árbol especial. Era el Árbol de la Sabiduría y Dios les había dicho que no debían comer de su fruto. Pero la curiosidad pudo más que ellos y decidieron probarlo.
Al momento en que mordieron la fruta prohibida, algo extraño sucedió. Una gran pared se levantó entre ellos y Dios. Ya no podían verle ni hablarle como antes.
Se sintieron tristes y arrepentidos por haber desobedecido a su Creador. Pasaron muchos días caminando alrededor de esa pared sin saber qué hacer. Hasta que un día, vieron a alguien acercarse desde lejos. Era Jesucristo, quien había venido a la Tierra para ayudar a las personas.
Adán y Eva se acercaron tímidamente hacia Él y le contaron lo que había pasado con la pared. Jesús escuchó con atención y les dijo: "No se preocupen, tengo un regalo especial para ustedes".
Sacó una pequeña llave dorada del bolsillo y se las entregó. "Esta es la Llave del Perdón", les explicó Jesús-. Si usan esta llave con amor sincero en sus corazones, podrán abrir cualquier puerta cerrada".
Los ojos de Adán brillaron emocionados mientras tomaba la llave en sus manos. "Gracias Jesús, pero ¿cómo podemos usarla para derribar la pared y volver a estar cerca de Dios?".
Jesús les sonrió y les dijo: "La Llave del Perdón es muy poderosa, pero deben aprender a perdonarse el uno al otro primero. Solo así podrán abrir esa puerta que se ha formado entre ustedes y Dios". Adán y Eva se miraron con tristeza, recordando cómo habían culpado mutuamente por su error frente a Dios.
Pero decidieron seguir el consejo de Jesús y comenzaron a hablar sobre sus sentimientos. Se abrazaron, lloraron juntos y se pidieron perdón sinceramente. Poco a poco, la pared comenzó a debilitarse hasta que finalmente desapareció por completo.
Adán y Eva sintieron una gran alegría en sus corazones al ver que podían volver a estar cerca de Dios.
A partir de ese día, aprendieron la importancia del perdón y lo practicaron no solo entre ellos sino también con todas las personas que conocieron. Compartieron su historia con otros habitantes del Huerto del Edén e invitaron a todos a usar la Llave del Perdón para abrir cualquier puerta cerrada en sus vidas.
Desde entonces, Adán y Eva vivieron felices rodeados de amor y armonía junto a todos los seres vivos en el Huerto del Edén. Agradecidos por el regalo de Jesús, nunca olvidaron lo valioso que era perdonar para mantener unidos los corazones.
Y así concluye esta historia infantil llena de enseñanzas sobre el perdón y el amor sincero. Recuerda siempre utilizar la Llave del Perdón en tu vida para derribar cualquier pared que te separe de las personas que amas.
FIN.