La llave verde



Había una vez, en un hermoso parque de Buenos Aires, dos amigos inseparables llamados Rulina y Pelao. Rulina era una niña muy curiosa y aventurera, siempre dispuesta a descubrir cosas nuevas.

Por otro lado, Pelao era un niño muy valiente y divertido, que nunca se aburría. Un día soleado, mientras jugaban en el parque, Rulina vio algo brillante entre los arbustos. Se acercó rápidamente y encontró una llave dorada.

Ambos se emocionaron muchísimo al imaginar qué misterios podría guardar esa llave. "¡Pelao! ¡Encontré una llave mágica! ¿Te animas a descubrir qué puerta abre?"- exclamó Rulina emocionada. "¡Claro que sí! Vamos en busca de la puerta secreta"- respondió Pelao con entusiasmo.

Rulina y Pelao comenzaron a explorar todo el parque en busca de alguna puerta misteriosa. Caminaron por senderos ocultos entre árboles gigantes y escalaron pequeñas colinas llenas de flores coloridas.

Después de mucho buscar, finalmente encontraron una pequeña puerta escondida detrás del gran roble del parque. "¡Esta debe ser la puerta que abre con nuestra llave mágica!"- afirmó Rulina convencida. Sin pensarlo dos veces, insertaron la llave en la cerradura y...

¡la puerta se abrió lentamente! Al cruzarla, quedaron maravillados al ver un mundo completamente diferente: era el país de los sueños. El país de los sueños era un lugar lleno de colores brillantes y criaturas fantásticas.

Rulina y Pelao se encontraron con personajes increíbles, como unicornios voladores, duendes cantarines y hadas risueñas. "¡Esto es asombroso! ¡Nunca imaginé que existiera un lugar tan mágico!"- exclamó Rulina emocionada. Durante su aventura en el país de los sueños, Rulina y Pelao aprendieron lecciones valiosas.

Conocieron a una hada llamada Florinda que les enseñó sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y respetar la naturaleza. "Queridos amigos, cada acción que hacemos tiene un impacto en nuestro planeta.

Es vital reagarrar la basura, no malgastar agua y plantar árboles para mantener nuestra Tierra saludable"- les dijo Florinda con voz dulce. Rulina y Pelao comprendieron lo importante que era cuidar el mundo en el que vivían. Prometieron a Florinda ser guardianes del medio ambiente cuando regresaran a casa.

Después de pasar un tiempo maravilloso en el país de los sueños, Rulina y Pelao encontraron otra puerta mágica. Sabían que era hora de regresar al parque donde todo había comenzado.

Al salir por la puerta secreta, Rulina y Pelao estaban llenos de alegría por todas las aventuras vividas en el país de los sueños. Pero también sabían que tenían una gran responsabilidad: cuidar su propio entorno. Desde aquel día, Rulina y Pelao se convirtieron en defensores del medio ambiente.

Organizaban limpiezas en el parque, plantaban árboles y educaban a otros niños sobre la importancia de cuidar la naturaleza.

Gracias a su espíritu aventurero y su amor por la Tierra, Rulina y Pelao demostraron que los sueños pueden hacerse realidad si trabajamos juntos para lograrlo. Y así, con su amistad inquebrantable y su compromiso con el medio ambiente, dejaron una huella positiva en el mundo. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

FIN.

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