La Llegada de Kiko
En un tranquilo y colorido pueblo, una tarde soleada llegó un nuevo vecino llamado Kiko. Este niño tenía una piel verde brillante y unas orejas puntiagudas que llamaban la atención de todos.
Al verlo, los niños del pueblo se acercaron con curiosidad, pero en lugar de asustarse, Sofía, una niña amable, se acercó a Kiko y con una gran sonrisa le dijo: -¡Hola! Soy Sofía, ¿Quieres venir a jugar con nosotros? Kiko, un poco tímido al principio, asintió con entusiasmo.
Juntos, se unieron a los demás niños y comenzaron a jugar alegremente. A medida que pasaban los días, Kiko demostró ser un gran amigo, con sus ideas creativas y su habilidad para encontrar soluciones divertidas a los problemas.
Los otros niños aprendieron a valorar las diferencias y a apreciar la amistad sin importar el aspecto de cada uno. Pronto, se dieron cuenta de que la diversidad es lo que hace a cada uno único y especial.
Al final, el Gran Festival de las Diversidades estaba a punto de comenzar, y Kiko, con su piel brillante y sus orejas puntiagudas, se convirtió en un valioso miembro de la comunidad, enseñando a todos que la verdadera belleza radica en la diversidad y la amistad sincera.
FIN.