La llegada de Lunita
En el corazón de la selva, había un zoológico muy especial. En este lugar mágico, todos los animales eran amigables y se llevaban muy bien.
No importaba si tenían rayas, manchas o escamas, todos eran aceptados tal como eran. El director del zoológico era Don León, un león amable y sabio que siempre velaba por el bienestar de todos los habitantes. Un día, llegó una noticia emocionante: iba a nacer una nueva cría en el zoológico.
Todos estaban ansiosos por conocer al nuevo miembro de la familia. Finalmente, nació Lunita, una pequeña luna llena de energía y curiosidad. Desde el primer momento, todos los animales se acercaron para darle la bienvenida con alegría y entusiasmo.
"¡Hola Lunita! ¡Bienvenida al zoológico más feliz del mundo!", exclamó Don León con una sonrisa. Lunita estaba emocionada por explorar su nuevo hogar y hacer amigos.
Pronto se dio cuenta de que cada animal tenía algo especial que compartir y aprender. Un día, mientras jugaba con Rulo la jirafa, Lunita vio algo brillante en lo alto de un árbol. Era un collar perdido que parecía pertenecer a alguien. Sin dudarlo, decidió encontrar al dueño.
"¿Alguien perdió este collar?" preguntó Lunita mostrando el hallazgo. Todos los animales miraron sorprendidos y empezaron a buscar pistas para descubrir quién era el propietario del collar perdido.
Después de investigar por todo el zoológico, descubrieron que el collar pertenecía a Luna la lechuza, quien lo había extraviado mientras volaba por la noche cuidando del lugar cuando todos dormían. "¡Gracias por encontrar mi collar! Es muy importante para mí", dijo Luna con gratitud hacia Lunita.
Todos aplaudieron emocionados por haber resuelto el misterio juntos y ayudado a un amigo en apuros. Desde ese día, la amistad entre Lunita y Luna creció aún más fuerte gracias a esa aventura compartida. Pero la tranquilidad no duraría mucho tiempo en el zoológico feliz.
Una mañana soleada, llegaron noticias preocupantes: una sequía amenazaba con dejar sin agua a toda la selva donde vivían los animales del zoológico inclusivo. Don León reunió a todos los habitantes para buscar soluciones juntos.
Tras debatir ideas e ingeniar planes creativos, decidieron cavar pozos profundos para encontrar agua subterránea y así asegurar su supervivencia durante la sequía. Con esfuerzo y trabajo en equipo lograron superar el desafío con éxito.
Los animales aprendieron lo importante que es estar unidos en tiempos difíciles y cómo cada uno puede aportar su granito de arena para resolver problemas grandes. Finalmente, llegaron las lluvias anunciando el fin de la sequía.
La selva reverdecía nuevamente gracias al esfuerzo conjunto de todos sus habitantes amigables e inclusivos del zoológico feliz.
Y así continuaron viviendo aventuras inolvidables en ese rincón mágico donde reinaba la alegría, la amistad sincera y la solidaridad entre diferentes especies que demostraban día a día que juntos podían enfrentar cualquier desafío que se presentara en sus vidas llenas de color y diversidad.
FIN.