La lluvia de la amistad



Un hermoso día de sol, el perrito llamado Happy decidió ir al parque a disfrutar de una tarde llena de diversión.

Con su cola moviéndose de un lado a otro y una sonrisa en su rostro, Happy caminaba por el sendero del parque hasta que llegó a la charca. Al acercarse, vio algo que le hizo saltar de alegría: ¡sus amigos los patos estaban allí! Sin pensarlo dos veces, Happy se lanzó hacia ellos con entusiasmo.

Los patitos también se emocionaron al verlo y empezaron a mover sus alas en señal de saludo. -¡Hola Happy! -exclamó Pato Quacky mientras nadaba hacia él-.

¿Quieres venir a jugar con nosotros? Happy movió la cola emocionado y respondió:-¡Claro que sí! Me encantaría jugar con ustedes. Los patitos rodearon a Happy y juntos se adentraron en la charca. El agua fresca cubría sus cuerpos mientras chapoteaban felices.

Saltaban y reían sin parar, creando pequeñas olas que hacían bailar las hojas flotantes. De repente, un ruido extraño proveniente del arbusto cercano capturó la atención de todos. Los patitos miraron asustados mientras Happy levantaba las orejas tratando de identificar qué era.

-Son solo mis amigos los conejitos -dijo Pato Ducky intentando calmarlos-. Vienen a jugar con nosotros. Y así fue como los conejitos aparecieron entre los arbustos para unirse al divertido juego acuático.

Juntos formaron una cadena cogidos por las patas, saltando y riendo mientras se deslizaban por la charca. La tarde transcurría llena de risas y alegría, hasta que una nube gris oscureció el cielo. Las gotas de lluvia comenzaron a caer sobre ellos, haciendo que los amigos buscaran refugio bajo un árbol cercano.

-¡Qué pena! -dijo Happy con tristeza-. La diversión se ha acabado. Pero Pato Quacky sonrió y respondió:-No te preocupes, Happy. ¡La diversión no tiene límites! Podemos seguir jugando bajo la lluvia. Y así lo hicieron.

Los amigos corrieron y saltaron en cada charco formado por las gotas de lluvia. Chapotear en el agua se convirtió en su nuevo juego favorito mientras reían sin parar. Cuando la lluvia finalmente cesó, todos estaban empapados pero felices.

Se despidieron con abrazos y prometieron volver a encontrarse para seguir disfrutando juntos del parque. Happy regresó a casa con el corazón lleno de alegría.

Había aprendido una valiosa lección: no importa qué obstáculos aparezcan en el camino, siempre hay formas de divertirse y disfrutar junto a nuestros amigos. Desde aquel día, Happy visitaba regularmente el parque para jugar con sus amigos los patos, los conejitos e incluso hacer nuevos amigos.

Juntos descubrían nuevas aventuras y demostraban que la amistad es capaz de convertir cualquier momento en algo especial. Y así concluye nuestra historia infantil inspiradora y educacional protagonizada por Happy y sus amigos del parque.

Una historia llena de diversión, amistad y la importancia de encontrar alegría en los pequeños momentos de la vida.

FIN.

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