La Lluvia Mágica



Había una vez en un hermoso bosque, una pequeña niña llamada Abril. Era curiosa y aventurera, siempre buscando nuevas cosas para descubrir.

Un día, mientras exploraba cerca de un lago cristalino, vio a una hermosa patita nadando en el agua. Abril se acercó lentamente y la patita le sonrió amigablemente. "-Hola, soy Tía Agua Princesa", dijo con alegría. "-¿Quieres ser mi amiga?"Abril estaba emocionada y asintió con entusiasmo.

A partir de ese momento, Abril y Tía Agua Princesa se volvieron inseparables. Juntas nadaban por el lago, saltaban sobre las piedras y jugaban al escondite entre los árboles.

Un día caluroso de verano, cuando el sol brillaba intensamente sobre el bosque, todos los animales estaban sedientos. El arroyo que abastecía al lago se había secado debido a la falta de lluvia. "-Tía Agua Princesa, ¿qué podemos hacer para ayudar a los animales?", preguntó Abril preocupada.

Tía Agua Princesa pensó por un momento antes de responder: "-Creo que puedo traer lluvia si me concentro lo suficiente". Las dos amigas decidieron poner su plan en acción.

Abril llevó a Tía Agua Princesa hasta lo alto de una montaña donde podían ver todo el bosque desde arriba. La pequeña niña comenzó a cantar una canción especial mientras Tía Agua Princesa cerraba sus ojitos e imaginaba nubes grises llenas de agua. De repente, el cielo se oscureció y comenzaron a caer gotas de lluvia.

Los animales del bosque corrieron hacia el lago para beber agua fresca y refrescarse del calor. Abril y Tía Agua Princesa saltaban de alegría mientras veían cómo los árboles volvían a cobrar vida y las flores se abrían.

Habían ayudado a todos los seres vivos del bosque con su amistad y su poder mágico. A medida que pasaba el tiempo, Abril comprendió la importancia del agua en nuestra vida diaria. Aprendió que debemos cuidarla y no desperdiciarla.

Comenzó a tomar duchas más cortas, cerrar bien las canillas y reutilizar el agua siempre que fuera posible. Un día, Abril decidió organizar una campaña en su escuela para enseñarle a sus amigos sobre la importancia del agua.

Juntos aprendieron muchas cosas interesantes sobre cómo conservarla y protegerla. Gracias al esfuerzo de Abril y sus amigos, toda la comunidad se unió para cuidar mejor del agua.

Plantaron árboles cerca del lago para mantenerlo fresco durante los veranos calurosos e instalaron filtros en las canillas para ahorrar más agua potable.

Desde entonces, Abril siguió siendo amiga de Tía Agua Princesa, recordando siempre la lección valiosa que había aprendido: ¡el poder de la amistad puede hacer grandes cosas! Y así concluye esta historia inspiradora donde una pequeña niña llamada Abril descubre la magia dentro de sí misma junto a su amiga Tía Agua Princesa, enseñándonos a todos la importancia de cuidar y valorar el agua.

FIN.

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