La lotería de la esperanza



Había una vez un fotógrafo de guerra llamado Pedro, o —"Pe"  como le decían sus amigos. Pe era valiente y siempre estaba dispuesto a arriesgar su vida para capturar las imágenes más impactantes de los conflictos que cubría.

Un día, mientras se encontraba en el frente de batalla, Pe recibió una noticia inesperada: había ganado la lotería. No podía creerlo. Había jugado con los mismos números durante años y finalmente había tenido suerte.

Estaba tan emocionado que saltaba de alegría entre las trincheras. Sin embargo, cuando buscó en sus bolsillos el boleto ganador, no lo encontró por ninguna parte.

Pe se desesperó y comenzó a buscar frenéticamente en todas partes: debajo del casco, dentro de las botas e incluso en su cámara fotográfica. Pero el boleto había desaparecido. Desconsolado, Pe regresó a casa sin decirle nada a nadie sobre su premio perdido.

Se sentía tan decepcionado consigo mismo que pensaba que nunca tendría otra oportunidad como esa. Pasaron los días y Pe continuó con su trabajo como fotógrafo de guerra.

A pesar de todo, seguía siendo apasionado por lo que hacía y sabía que tenía la responsabilidad de mostrar al mundo la realidad cruda y dolorosa detrás de cada conflicto.

Un año después, mientras cubría un enfrentamiento en un país lejano, Pe vio algo brillante entre los escombros: ¡era su boleto de lotería! Lo tomó rápidamente y lo guardó cuidadosamente en su bolsillo. Cuando volvió a su país, Pe fue corriendo a la oficina de lotería para reclamar su premio. Todos quedaron sorprendidos al verlo entrar con una sonrisa en su rostro y el boleto en sus manos.

El día del sorteo llegó y Pe estaba nervioso pero emocionado. Miraba fijamente la pantalla mientras los números eran anunciados uno por uno.

Y cuando finalmente todos los números coincidieron con los de su boleto, no pudo contener la emoción: ¡había ganado una fortuna! La noticia se propagó rápidamente y todos querían saber cómo había logrado encontrar el boleto perdido.

Pe les contó sobre su experiencia en el frente de batalla y cómo había aprendido a no rendirse nunca, incluso cuando las cosas parecían imposibles. A partir de ese momento, Pe decidió utilizar parte de su premio para ayudar a las personas afectadas por la guerra. Construyó escuelas, hospitales y centros comunitarios en lugares devastados por los conflictos.

Además, creó un fondo especial para apoyar a jóvenes talentosos que soñaban con ser fotógrafos pero no tenían los recursos necesarios. Pe entendió que aunque había perdido el boleto, nunca perdió la esperanza ni dejó que esa derrota lo definiera.

Aprendió que siempre hay segundas oportunidades si estamos dispuestos a luchar por ellas. Y así, gracias a su perseverancia e inspiración, Pedro —"Pe"  se convirtió en un ejemplo para todos aquellos que enfrentaban dificultades en sus vidas.

Su historia demostraba que no importaba cuán difícil fuera el camino o cuántas veces pareciera que todo estaba perdido, siempre había una luz al final del túnel.

FIN.

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