La Luna de Tomás



Había una vez un niño llamado Tomás, a quien le encantaba mirar las estrellas por la noche. Siempre soñaba con viajar al espacio y descubrir nuevos planetas.

Un día, mientras observaba la luna en el cielo, vio algo increíble: ¡un cohete espacial aterrizando en su jardín!"¡Wow! ¿Qué es eso?" exclamó Tomás emocionado. La puerta del cohete se abrió lentamente, y de él salió un simpático astronauta con un traje brillante y una sonrisa amigable.

"Hola, Tomás. Soy el capitán Estrella y he venido a invitarte a dar un paseo por la luna esta noche", dijo el astronauta. Tomás no podía creerlo.

¡Estaba a punto de cumplir su sueño de viajar al espacio! Sin dudarlo un segundo, subió al cohete junto al capitán Estrella y despegaron hacia la luna. El viaje fue emocionante. Tomás pudo ver la Tierra desde arriba y flotar en gravedad cero dentro del cohete.

Finalmente, llegaron a la superficie lunar, donde todo era blanco y brillante bajo la luz de la luna. "¡Es asombroso!" exclamó Tomás maravillado.

El capitán Estrella le mostró los cráteres lunares, las rocas espaciales y hasta lo llevó a dar un paseo en buggy lunar. Pero cuando empezaba a oscurecer, el capitán le hizo una propuesta especial a Tomás:"¿Te gustaría dormir bajo las estrellas esta noche aquí en la luna?"Tomás no podía creerlo.

¡Dormir en la luna sería una experiencia única e inolvidable! Así que prepararon sus sacos de dormir y se acostaron mirando el cielo estrellado.

De repente, algo extraordinario ocurrió: miles de luciérnagas espaciales comenzaron a volar alrededor de ellos, iluminando la noche con destellos mágicos. "¡Es como estar en un cuento de hadas!" susurró Tomás emocionado. El capitán Estrella le explicó que esas luciérnagas eran seres especiales que solo aparecían para aquellos que tenían sueños grandes y valientes como él.

Esa noche, mientras dormía en la luna rodeado de luciérnagas espaciales, Tomás tuvo el sueño más hermoso de su vida. Soñó con explorar galaxias lejanas, conocer nuevos amigos alienígenas e inspirar a otros niños a nunca dejar de soñar alto.

Al despertar al amanecer, regresaron a casa en el cohete del capitán Estrella.

Aunque había sido solo una aventura nocturna para Tomás, sabía que siempre llevaría consigo el recuerdo mágico de su viaje a la luna y las enseñanzas sobre perseverancia y valentía que aprendió esa noche bajo las estrellas.

FIN.

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