La Luna del Amor en Amorilandia
Había una vez en un lejano pueblo llamado Amorilandia, donde todos sus habitantes vivían felices y en armonía gracias a un secreto muy especial: el poder del amor.
En Amorilandia, cada persona nacía con un número sobre su cabeza que indicaba cuánto amor era capaz de dar. Había quienes tenían cincuenta, otros setenta e incluso algunos llegaban a tener noventa.
Pero había una niña llamada Luna que destacaba por tener ¡cien! Sí, ella tenía un ciento sobre su cabeza, lo cual significaba que tenía la capacidad de dar y recibir todo el amor del mundo. Luna era una niña muy especial.
Siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás, a escucharlos y a hacerles sentir mejor con solo una sonrisa. Todos en Amorilandia querían estar cerca de Luna para sentir ese amor tan puro y sincero que emanaba de ella. Un día, llegó al pueblo una criatura misteriosa llamada Sombrío.
Tenía la apariencia de un ser oscuro y triste que asustaba a todos los habitantes de Amorilandia. La gente comenzó a alejarse de él y a temerle sin siquiera intentar conocerlo.
Pero Luna, con su corazón lleno de amor, decidió acercarse a Sombrío para hablar con él. Al principio, Sombrío se mostró reacio y desconfiado, pero poco a poco fue abriéndose gracias al cariño y la amabilidad de Luna. "¿Por qué estás tan triste?" -preguntó Luna con ternura. "Soy así desde siempre.
Nunca nadie me ha dado la oportunidad de ser diferente" -respondió Sombrío con voz apagada. Luna decidió ayudar a Sombrío a descubrir el poder del amor.
Lo llevó por todo el pueblo presentándole a cada uno de sus habitantes y enseñándole cómo el amor podía transformar vidas y hacer florecer la felicidad en los corazones más oscuros. Con el paso de los días, Sombrío empezó a cambiar.
Su aspecto sombrío se tornaba más luminoso y su tristeza daba paso a la alegría. Gracias al amor incondicional de Luna y las enseñanzas de los habitantes de Amorilandia, Sombrío se convirtió en una criatura radiante llena de bondad y cariño.
El día que Sombrío decidió partir hacia nuevos horizontes, todo el pueblo se reunió para despedirlo entre lágrimas pero también sonrisas llenas de gratitud por haber conocido su verdadero ser gracias al poder del amor.
Desde entonces, en Amorilandia se contaba la historia de cómo Luna había logrado cambiar un corazón oscuro por completo con solo darle un ciento sobre el amor infinito que llevaba dentro.
Y es que en ese mágico lugar comprendieron que no importa cuánto amor tengas para dar; lo importante es cómo decides usarlo para hacer del mundo un lugar mejor donde todos merecen una oportunidad para brillar con luz propia. Porque al final del día, como decían en Amorilandia: "Un ciento sobre el amor puede cambiarlo todo".
FIN.