La Luna y las Estrellas
Había una vez en un lugar muy lejano, una preciosa Luna que brillaba todas las noches en el cielo. La Luna estaba acompañada por sus amigas las estrellas, quienes la seguían a donde quiera que fuera.
Juntas iluminaban el oscuro cielo con su resplandor y llenaban de magia la noche. Un día, la Luna se sintió triste porque las personas en la Tierra no podían verla durante el día. Las estrellas intentaron consolarla, pero la Luna seguía sintiéndose mal.
Entonces, las estrellas tuvieron una brillante idea. Decidieron bajar a la Tierra para animar a los niños y contarles cómo era la Luna. -Hola niños, ¿quieren conocer a nuestra amiga la Luna? -preguntaron las estrellas a los niños sorprendidos.
Los niños asintieron emocionados y las estrellas comenzaron a contarles historias sobre la Luna y su brillo en la noche. Los niños se maravillaron con las historias y empezaron a querer a la Luna tanto como las estrellas.
La Luna, al saber que los niños la amaban, se sintió feliz y su brillo se hizo más intenso. Desde ese día, la Luna y las estrellas iluminaron la noche con más fuerza que nunca, y los niños nunca dejaron de admirarlas.
La Luna aprendió que su luz era especial y que siempre habría alguien que la admiraría, aunque no pudiera verla durante el día.
FIN.