La luz de Camilo



Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, un niño llamado Camilo. Desde muy pequeño, Camilo tenía la habilidad de ver sombras tenebrosas que parecían seguirlo a donde quiera que fuese.

Sus padres estaban muy preocupados por su estado mental, ya que no sabían cómo ayudarlo. Una noche, después de escuchar a Camilo hablar sobre las sombras en su habitación, sus padres decidieron llevarlo a ver al curandero del pueblo.

El curandero era conocido por sus remedios naturales y su sabiduría ancestral. Al llegar a su humilde morada, el curandero les dio la bienvenida con una sonrisa cálida y los invitó a entrar. "Buenas noches", dijo el curandero con voz serena.

"¿En qué puedo ayudarlos?"Los padres de Camilo explicaron la situación con preocupación mientras el niño se aferraba a ellos temeroso de las sombras que lo acechaban. "Mi querido Camilo", comenzó el curandero dirigiéndose al niño.

"Las sombras que ves no son más que manifestaciones de tus propios miedos e inseguridades". Camilo lo miraba con atención, tratando de entender lo que le decía. "Para enfrentar esas sombras, debes encontrar la luz dentro de ti mismo", continuó el curandero.

"La luz del amor, la valentía y la confianza pueden disipar cualquier oscuridad. "Los padres asintieron con esperanza ante las palabras del curandero y le pidieron que los ayudara a guiar a Camilo por ese camino hacia la luz.

El curandero aceptó encantado y les propuso realizar una serie de ejercicios para fortalecer el espíritu de Camilo. Durante semanas, trabajaron juntos en meditaciones, visualizaciones positivas y actividades creativas que llenaban el corazón del niño de alegría y seguridad.

Con el tiempo, Camilo comenzó a sentirse más fuerte y seguro de sí mismo. Las sombras tenebrosas ya no lo atemorizaban como antes; ahora sabía cómo enfrentarlas con valentía cada vez que aparecían en su camino.

Una noche, mientras caminaba por el bosque con sus padres, vio una sombra gigantesca acercarse hacia él. En lugar de retroceder asustado, recordó las enseñanzas del curandero y decidió plantarle cara a aquella oscuridad. "¡Alto ahí!", exclamó Camilo con determinación.

"Soy más fuerte que tú porque tengo la luz del amor en mi corazón. "La sombra se detuvo sorprendida por las palabras del valiente niño.

Poco a poco, comenzó a desvanecerse hasta desaparecer por completo ante los ojos maravillados de Camilo y sus padres. Desde ese día, Camilo supo que tenía dentro de sí todo lo necesario para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Con cada paso dado hacia adelante, sentía crecer su confianza y su coraje para enfrentar las adversidades con una sonrisa en el rostro. El pueblo entero pronto se enteró del increíble cambio en el joven Camilo y todos admiraban su valentía y determinación para vencer sus miedos más profundos.

El curandero sonreía orgulloso al ver cómo aquel niño tímido e inseguro se había transformado en un ejemplo de fortaleza y amor para todos los habitantes del pueblo.

Y así fue como gracias al poder interior encontrado en su propio ser, Camilo aprendió a iluminar incluso los rincones más oscuros con la luz radiante de su corazón lleno de bondad.

FIN.

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