La luz de Estreya



En un bosque encantado vivían Nora, una niña curiosa y valiente, y su mejor amigo, Oso, un enorme oso de peluche con un corazón tan grande como su abrazo.

Juntos exploraban cada rincón del bosque, jugando y riendo sin parar. Un día soleado, mientras jugaban a la pelota en un claro del bosque, la pelota salió disparada hacia lo más profundo del bosque. El niño que pasaba por allí se acercó tímidamente.

Era Estreya, una niña solitaria que siempre llevaba consigo una estrella brillante en forma de colgante. - ¡Hola! ¿Puedo jugar con ustedes? - preguntó Estreya tímidamente. Nora y Oso se miraron sorprendidos pero luego sonrieron amablemente.

- ¡Claro que sí! ¡Bienvenida al juego! - exclamó Nora emocionada. Los tres comenzaron a jugar juntos y pronto se convirtieron en inseparables amigos. Estreya les contó que había perdido su brillo por el camino y que no sabía cómo recuperarlo. - No te preocupes, Estreya.

Juntos encontraremos una manera de devolverte tu luz - dijo Oso con ternura. Decidieron emprender un viaje para encontrar la luz perdida de Estreya.

A lo largo del camino enfrentaron desafíos y obstáculos, pero siempre juntos lograban superarlos con valentía y trabajo en equipo. Finalmente llegaron a una cueva oscura donde parecía estar escondida la luz de Estreya.

Con miedo pero determinación entraron en la cueva y descubrieron que estaba custodiada por un malvado duende que no quería dejarla ir. - ¡Devuélvele la luz a nuestra amiga! - gritó Nora con valentía. El duende dudó por un momento pero finalmente accedió ante tanta determinación y amor entre los amigos.

La luz volvió a brillar intensamente en el colgante de Estreya, iluminando todo el bosque con su resplandor. Felices y llenos de gratitud por haber superado juntos tantas adversidades, Nora, Oso y Estreya regresaron al claro del bosque donde habían comenzado su aventura.

- Gracias por ayudarme a encontrar mi luz perdida. Ahora sé que nunca más volveré a perderla estando junto a ustedes - dijo emocionada Estreya mientras abrazaba a sus amigos.

Desde ese día, los cuatro amigos siguieron explorando el bosque juntos, aprendiendo que la verdadera amistad puede iluminar incluso los lugares más oscuros e inesperados. Y así vivieron felices para siempre en aquel maravilloso bosque encantado donde la magia de la amistad brillaba más fuerte que nunca.

FIN.

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