La luz de la amistad
Había una vez en un lejano reino, una genio poderosa llamada Estrella que tenía el don de conceder deseos a quien se lo pidiera.
Sin embargo, a pesar de su increíble poder, Estrella era muy desafortunada en todo lo que hacía. Siempre terminaba causando más problemas de los que resolvía. Un día, un niño llamado Martín encontró a Estrella atrapada en una lámpara mágica y decidió liberarla.
Al hacerlo, Estrella le ofreció concederle tres deseos como muestra de gratitud. Martín emocionado pidió su primer deseo: "Quiero ser el mejor futbolista del mundo".
En un abrir y cerrar de ojos, Martín se convirtió en un talentoso jugador, pero para sorpresa de todos, cada gol que anotaba terminaba siendo en propia meta. Al ver la tristeza en los ojos de Martín, Estrella decidió ayudarlo a mejorar su situación. Juntos idearon un plan para entrenar duro y trabajar en equipo con sus compañeros.
Poco a poco, Martín fue mejorando y finalmente logró marcar un gol decisivo que les dio la victoria a su equipo. "¡Gracias Estrella! ¡Eres la mejor genio del mundo!", exclamó Martín emocionado. Pero los problemas no habían terminado aún.
Cuando llegó el momento de pedir su segundo deseo, Martín pidió: "Quiero tener las mejores notas en la escuela".
Una vez más, Estrella hizo realidad su deseo pero esta vez todas las respuestas correctas estaban marcadas con tinta invisible y nadie podía leerlas. Martín estaba preocupado por decepcionar a sus padres y maestros, así que decidió hablar con Estrella sobre cómo solucionar este nuevo problema. Juntos crearon un plan para estudiar juntos y aprender de verdad cada materia.
Con esfuerzo y dedicación lograron descifrar las respuestas invisibles y Martín obtuvo las mejores notas gracias a su propio esfuerzo. "Estoy orgulloso de ti", dijo Estrella sonriendo.
Finalmente llegó el momento del tercer deseo y Martín sabía exactamente qué pedir: "Quiero que mi familia sea feliz para siempre". Esta vez, Estrella no tuvo ningún contratiempo al conceder el deseo ya que el amor entre ellos era tan fuerte que nada podía romperlo.
Martín aprendió una valiosa lección junto a Estrella: no importa cuán difíciles sean los obstáculos en la vida si trabajamos juntos con amor y determinación podemos superar cualquier adversidad. Y así vivieron felices para siempre compartiendo aventuras inolvidables mientras ayudaban a quienes más lo necesitaban.
FIN.