La Luz de la Amistad
En un pequeño y apacible pueblo llamado Luminar, donde la luz del sol siempre brillaba y las risas de los niños resonaban en el aire, había una extraña leyenda que contaba sobre un momento en que todo eso cambiaría. La historia hablaba de un oscuro ser llamado Sombría, que estaba celoso de la felicidad de los habitantes del pueblo. Sombría vivía en la Oscuridad, un lugar donde el dolor y la tristeza reinaban.
Un día, mientras los niños del pueblo jugaban en la plaza, una nube oscura cubrió el cielo.
"¡Miren!" - gritó Cami, una niña de cabellos rizados y ojos brillantes.
"¿Qué es eso?" - preguntó Lucas, su mejor amigo.
La nube comenzó a tomar forma, y de ella apareció Sombría, con su rostro sombrío y una capa que parecía hecha de sombras.
"Vengo a llevarme la alegría de este lugar, ¡nunca más reirán!" - dijo con voz grave.
Los niños, aunque asustados, no iban a dejar que Sombría arruinara su alegría.
"¿Por qué quieres quitarnos la alegría?" - preguntó Ana, una niña valiente y pegajosa.
"Porque no la tengo y no puedo soportarlo más. La tristeza es todo lo que conozco y quiero que todos me acompañen en mi dolor." - respondió Sombría con un suspiro profundo.
Cami, con su corazón lleno de empatía, se acercó lentamente a Sombría.
"Pero, ¿no sabes que en la amistad y el amor también hay luz? Si quieres, ¡podemos compartirla contigo!" - propuso con una sonrisa.
Sombría miró a Cami, confundido. Nadie le había hablado así antes. Él siempre había pensado que nadie querría acercarse a él. Sin embargo, la bondad en la mirada de la niña comenzó a derretir un poco de su oscuridad.
"¿Realmente lo crees?" - preguntó con un tono titubeante.
"¡Sí!" - gritó Lucas, comenzando a sentirse más valiente. "La amistad puede iluminar incluso los rincones más oscuros. ¡Con nosotros, no estarás solo!".
Los niños se tomaron de la mano y comenzaron a cantar una canción sobre la amistad y la alegría. Sombría, al principio escéptico, sintió una calidez que nunca había experimentado. A medida que los niños cantaban, su sombra comenzó a desvanecerse, y una leve luz brilló desde su interior.
"¿Y si me quedo con ustedes?" - preguntó, su voz ahora más suave.
"¡Claro!" - respondieron todos. "Podés quedarte y jugar con nosotros. ¡Podemos enseñarte cómo es la risa y la alegría!".
Con el tiempo, Sombría se unió a los niños en sus juegos. Aprendió a reír y a disfrutar de las pequeñas cosas, y su sombra se volvió más ligera. La oscuridad que una vez había llenado su corazón fue reemplazada por el brillo de la amistad.
"Nunca pensé que podría sentirse tan bien" - dijo Sombría un día, mientras jugaban al escondite.
"Eso es porque todos merecen ser felices, incluso quienes han estado en la oscuridad" - dijo Ana, sonriendo.
La nube oscura que había cubierto Luminar se disipó por completo, y la luz volvió a brillar intensamente. Sombría, ahora lleno de luz y amor, decidió ayudar a aquellos que, como él, podrían sentirse solos o tristes.
"Prometo que nunca dejaré que nadie se sienta triste en este pueblo otra vez" - dijo con determinación.
Así fue como Luminar se convirtió en un lugar aún más mágico, lleno de risas, juegos y amor. Y Sombría, el ser que antes era una sombra de dolor, ahora era un símbolo de esperanza y amistad. En la luz de su nueva vida, descubrió que la verdadera inmortalidad estaba en los corazones de aquellos que se aman y se apoyan unos a otros.
Siempre recordarán cómo la luz de la amistad venció a la oscuridad.
Y así, en Luminar, la risa nunca dejó de resonar.
FIN.