La Luz de la Esperanza



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivía la gente más amable y generosa que te puedas imaginar.

Todos los días, los habitantes de este lugar se esforzaban por hacer el bien a los demás y siempre tenían una sonrisa en sus rostros. Un día, mientras los niños jugaban en el parque y los adultos trabajaban en sus tareas diarias, algo extraordinario sucedió: una nave espacial aterrizó justo en medio del pueblo.

Los habitantes quedaron sorprendidos al ver a unos extraterrestres bajar de la nave, pero lo que más les llamó la atención fue que parecían muy tristes. Los extraterrestres eran pequeños seres animals con grandes ojos brillantes.

Tenían un aspecto tierno e indefenso. La gente de Villa Esperanza se acercó con curiosidad y preocupación para preguntarles qué les pasaba. - ¿Qué les ocurre? -preguntó Juanito, uno de los niños del pueblo.

Uno de los extraterrestres levantó su cabeza tristemente y respondió:- Hemos viajado por todo el universo buscando un lugar donde las personas sean buenas y amables entre sí. Pero hemos visto mucha maldad y egoísmo por todas partes. Nos sentimos muy desilusionados.

La gente de Villa Esperanza estaba conmovida por las palabras de esos visitantes especiales. Sabían que debían hacer algo para cambiar esa situación. Entonces, todos juntos decidieron mostrarle a esos extraterrestres lo maravilloso que era su pueblo.

Organizaron una gran fiesta para darles la bienvenida e invitaron a todos los habitantes de pueblos vecinos. Prepararon comida deliciosa, música alegre y juegos divertidos.

Mientras la fiesta se llevaba a cabo, los extraterrestres observaban con asombro cómo la gente de Villa Esperanza se ayudaba mutuamente, compartía lo que tenían y disfrutaba de la compañía de todos. - ¿Ven? -dijo María, una joven del pueblo-. Aquí en Villa Esperanza siempre nos preocupamos por el bienestar de los demás.

Nos esforzamos por ser amables y generosos en todo momento. Los extraterrestres sonrieron tímidamente mientras veían a los niños compartir sus juguetes, a los adultos ayudarse unos a otros con sus tareas y a las personas mayores recibir cuidados especiales.

Después de la fiesta, los extraterrestres se despidieron con lágrimas en sus ojos. Pero esta vez eran lágrimas de alegría y esperanza. Habían encontrado un lugar donde las personas eran verdaderamente buenas y eso les había devuelto su fe en la humanidad.

Antes de partir, le entregaron un pequeño objeto al alcalde del pueblo como muestra de gratitud. Era una estrella brillante que simbolizaba el espíritu bondadoso de Villa Esperanza.

Desde aquel día, Villa Esperanza fue conocida como "El Pueblo Estelar" y su fama llegó más allá del universo. Los habitantes continuaron siendo amables entre sí e inspiraron a otros pueblos a seguir su ejemplo. Y así fue como esa visita inesperada cambió para siempre la vida en Villa Esperanza.

La historia recordaría ese día como el momento en que el amor y la bondad de sus habitantes iluminaron el corazón de unos tristes extraterrestres y les enseñaron que siempre hay esperanza en los lugares donde vive gente buena.

FIN.

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