La Luz de la Unión



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Comparación, donde vivían los elementos de comparación. Entre ellos se encontraban el Sol, la Luna, las Estrellas y las Nubes.

Cada uno tenía su propio trabajo y juntos formaban un equipo maravilloso. El Sol era muy brillante y siempre iluminaba el día con su resplandor. La Luna, por otro lado, era más tranquila y aparecía por la noche para dar luz a todos los habitantes del pueblo.

Las Estrellas eran pequeñas pero relucientes, adornando el cielo con su brillo mágico. Y las Nubes eran esponjosas y blancas como algodones, cubriendo el cielo en días nublados y trayendo lluvia cuando era necesario.

Un día, los elementos de comparación se reunieron en la plaza del pueblo para discutir cómo podían trabajar mejor juntos. El Sol comenzó diciendo: "Yo soy el más importante porque sin mi luz no podríamos ver nada durante el día".

La Luna levantó la mano y dijo: "Es cierto que tu luz es necesaria durante el día, pero sin mí las noches serían oscuras y tristes". Las Estrellas también quisieron hacer valer su opinión: "Nosotras somos pequeñas pero poderosas.

Brindamos belleza al cielo nocturno". Por último, las Nubes hablaron: "Sin nuestra presencia no habría lluvia ni arcoíris en este lugar".

Los elementos de comparación estaban tan ocupados discutiendo sobre quién era más importante que no se dieron cuenta de que algo extraño estaba ocurriendo. De repente, una densa niebla comenzó a cubrir todo el pueblo, impidiendo que los rayos del Sol llegaran a la tierra. Los habitantes de Villa Comparación se encontraban desorientados y asustados.

No podían ver ni moverse con facilidad. Los niños lloraban y los adultos estaban preocupados. Entonces, un pequeño niño llamado Lucas tuvo una idea brillante.

Corrió hacia el lugar donde se encontraban los elementos de comparación y les dijo: "Dejen de pelearse, ¡necesitamos su ayuda! Sin cada uno de ustedes, este pueblo no puede funcionar correctamente". El Sol, la Luna, las Estrellas y las Nubes se miraron entre sí y finalmente entendieron la importancia de trabajar juntos.

Comenzaron a colaborar en equipo para dispersar la densa niebla que había invadido el pueblo. El Sol utilizó su resplandor para calentar el aire y evaporar la niebla. La Luna iluminó el camino para guiar a todos los habitantes del pueblo.

Las Estrellas brillaron intensamente para dar esperanza a quienes estaban perdidos en medio de la niebla. Y las Nubes trajeron consigo una suave lluvia que limpió todo lo oscuro.

Poco a poco, Villa Comparación volvió a ser un lugar lleno de luz y alegría gracias al trabajo conjunto de los elementos de comparación. Desde ese día, aprendieron que cada uno tenía su propia importancia y juntos eran mucho más fuertes.

Lucas se convirtió en un héroe en Villa Comparación por recordarles a todos que no debían compararse ni competir entre sí, sino apoyarse mutuamente para lograr cosas maravillosas. Y así, el pueblo continuó prosperando con la sabiduría de los elementos de comparación y la lección aprendida por todos.

FIN.

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