La luz de Mateo y Valentina
Había una vez en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, un niño llamado Mateo. Mateo era un niño muy especial, tenía la piel muy oscura y brillante como el carbón.
Desde que era chiquito, los otros niños se burlaban de él por su color de piel diferente. Un día, mientras jugaba en el parque, un grupo de niños se acercó a él riéndose y haciendo comentarios hirientes sobre su apariencia.
Mateo se sintió triste y solo, no entendía por qué tenían que tratarlo así solo por ser diferente. "¡Miren al negrito! ¡Parece una sombra caminando!", se burlaban los niños.
Mateo trató de ignorarlos y siguió jugando en silencio, pero por dentro el dolor seguía creciendo en su corazón. Hasta que de repente, una niña llamada Valentina lo vio desde lejos y decidió acercarse para hablar con él. "Hola, soy Valentina. ¿Te gustaría jugar conmigo?", dijo Valentina con una sonrisa cálida.
Mateo miró a Valentina sorprendido por su amabilidad y aceptó jugar con ella. Juntos pasaron horas divirtiéndose en el parque, olvidando por un momento las palabras hirientes de los demás niños.
Con el paso de los días, Valentina se convirtió en la mejor amiga de Mateo. Ella lo defendía cuando los otros niños intentaban molestarlo y juntos enfrentaban cualquier situación difícil que se les presentara.
La valentía y bondad de Valentina inspiraron a Mateo a quererse más a sí mismo tal como era. Un día, durante la hora del recreo en la escuela, uno de los niños comenzó nuevamente a burlarse de Mateo por su color de piel.
Pero esta vez, algo inesperado sucedió: todos los demás niños se pusieron del lado de Mateo gracias al ejemplo positivo que había dado Valentina.
"¡Déjalo tranquilo! ¡Mateo es nuestro amigo y lo queremos tal como es!", gritaron al unísono los compañeros indignados con la actitud del niño bulleador. Desde ese día, el bullying hacia Mateo cesó por completo gracias al apoyo incondicional que recibió no solo de Valentina sino también del resto de sus compañeros.
La historia llegó incluso hasta las autoridades escolares quienes tomaron medidas para promover la inclusión y el respeto entre todos los estudiantes. Y así fue como Mateo aprendió que ser diferente no era algo malo sino todo lo contrario: era lo que lo hacía único y especial.
Agradecido por tener amigos tan maravillosos a su lado, prometió nunca más permitir que nadie más sufriera bullying sin hacer nada al respecto.
Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda: siempre sé amable con los demás porque nunca sabes cuánta diferencia puedes hacer en sus vidas.
FIN.