La Luz del Universo
Había una vez, en un lejano y mágico planeta llamado Estrellita, donde vivían el Sol, la Luna, la Estrella, Marte y el Cometa.
Cada uno de ellos tenía su propia tarea en el universo y siempre trabajaban juntos para mantener todo en armonía. El Sol era el encargado de iluminar el día con su cálido resplandor. Era amable y generoso, siempre compartiendo su luz con todos los planetas del sistema solar.
La Luna era la encargada de brillar por las noches y guiar a los viajeros perdidos. Era tranquila y sabia, siempre dispuesta a escuchar a los demás. La Estrella era pequeña pero poderosa.
Brindaba esperanza y felicidad a todas las criaturas del universo con su destello brillante. Marte era valiente y protector. Velaba por la seguridad de todos los planetas cercanos y aseguraba que ningún peligro se acercara demasiado.
Y luego estaba el Cometa, un espíritu libre que surcaba los cielos dejando un rastro de maravillosos colores tras él. Aunque era solitario, siempre traía consigo alegría e inspiración a cada lugar que visitaba.
Un día, mientras estaban reunidos en su hogar celestial, algo extraño ocurrió: una nube oscura comenzó a cubrir todo el universo. El Sol no podía brillar tan fuerte como antes, la Luna apenas lograba iluminar las noches oscurecidas por esa nube malvada.
"-¡Esto es terrible! No podemos permitir que nuestra galaxia caiga en tinieblas!" exclamó el Sol, preocupado. "-¡Tenemos que hacer algo!" agregó la Luna, mirando a sus compañeros con determinación. La Estrella y Marte asintieron en acuerdo.
Pero el Cometa, siempre curioso y aventurero, tuvo una idea brillante: "-Podríamos viajar hasta la nube oscura y descubrir qué es lo que la está causando". Todos se sorprendieron por esta propuesta inesperada, pero también emocionados por la posibilidad de devolverle la luz al universo. Así que juntos emprendieron un viaje hacia lo desconocido.
Mientras se acercaban a la nube oscura, descubrieron que estaba compuesta de tristeza y desesperanza. Parecía ser el resultado de los sueños perdidos y las esperanzas abandonadas de muchos seres vivos en diferentes planetas.
Con su poder combinado, el Sol, la Luna, la Estrella, Marte y el Cometa comenzaron a enviar rayos de amor y alegría hacia esa nube negra. Poco a poco, los colores regresaron al cielo y las sonrisas volvieron a iluminar los rostros tristes.
El Sol les recordó a todos cuán importante era mantener viva la llama del amor en sus corazones y compartirlo con los demás. La Luna les enseñó sobre la importancia de escuchar a aquellos que necesitaban apoyo.
La Estrella les recordó que cada uno tenía dentro de sí una chispa especial capaz de cambiar el mundo. Marte les mostró cómo protegerse unos a otros ante cualquier adversidad.
Y finalmente, el Cometa les enseñó sobre la magia de soñar y perseguir esos sueños sin importar lo lejos que parecieran. De vuelta en Estrellita, el universo estaba lleno de luz y alegría nuevamente.
El Sol, la Luna, la Estrella, Marte y el Cometa se dieron cuenta de que al trabajar juntos podían superar cualquier obstáculo. Y así, cada noche cuando las luces del cielo brillaban con fuerza, recordaban esa increíble aventura que los había unido aún más.
Y siempre estuvieron agradecidos por tenerse unos a otros como amigos para iluminar el universo con amor y esperanza. Fin.
FIN.