La luz dentro de Luis



Luis era un niño muy amable y respetuoso. Siempre trataba a los demás con bondad y siempre estaba dispuesto a ayudar. Sin embargo, había algo que le causaba mucho miedo: la oscuridad.

A Luis le daba pavor estar en lugares oscuros, especialmente cuando tenía que ir solo por la noche. Su mamá se dio cuenta de esto y decidió ayudarlo a superar su miedo.

Un día, su mamá lo llamó a la cocina y le dijo: "Luisito, necesito que vayas a la tienda que está cerca de casa para comprar algunas cosas. Sé que tienes miedo a la oscuridad, pero estoy segura de que tú puedes hacerlo".

Luis sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar esas palabras. No quería decepcionar a su mamá, pero el solo pensamiento de enfrentarse a la oscuridad lo paralizaba. Con valentía, Luis decidió aceptar el desafío.

Tomó una linterna y salió hacia la tienda caminando despacio pero seguro de sí mismo. En el camino, mientras sostenía fuertemente su linterna, Luis comenzó a recordar todas las veces en las que había superado otros temores pequeños en su vida.

Recordó cómo había aprendido a andar en bicicleta después de muchas caídas y cómo se había animado a hablar frente a toda su clase durante una presentación escolar. Estos recuerdos le dieron fuerzas para seguir adelante.

Cuando llegó al lugar donde solía haber una farola encendida todas las noches, notó algo extraño: ¡la farola estaba apagada! El corazón de Luis comenzó a latir más rápido y su miedo a la oscuridad volvió con más fuerza que nunca. Pero entonces, recordó algo importante: tenía una linterna.

Con un poco de temor pero decidido, encendió la linterna y siguió su camino. Mientras caminaba por las calles oscuras, Luis notó que su linterna iluminaba todo a su alrededor.

Se dio cuenta de que, aunque la oscuridad estaba presente, él tenía el poder para iluminarla y superarla. De repente, escuchó un ruido extraño detrás de él. Se giró rápidamente y vio a un gato negro asustado en medio de la calle.

El pequeño animal parecía perdido y necesitado de ayuda. Luis se acercó al gato con cuidado y le habló en voz baja: "No tengas miedo, amiguito. Yo también tengo miedo a la oscuridad, pero juntos podemos superarlo".

El gato miró a Luis con sus grandes ojos verdes y pareció entender sus palabras. Juntos, caminaron hacia la tienda sin importarles lo oscuro que estuviera el camino. Cuando llegaron a la tienda, Luis se sintió orgulloso de sí mismo por haber superado su miedo.

Compró lo que su mamá le había pedido y regresó a casa acompañado del gato negro. Al llegar a casa, Luis contó emocionado toda su aventura a su mamá quien no podía ocultar su alegría por ver cómo había enfrentado sus miedos.

Desde ese día en adelante, Luis dejó atrás su miedo irracional hacia la oscuridad. Aprendió que, aunque a veces las cosas puedan parecer aterradoras, siempre hay una luz interior que nos guía y nos ayuda a superar cualquier obstáculo.

Y así, Luis continuó siendo un niño amable y respetuoso, pero ahora también era un niño valiente y dispuesto a enfrentar sus miedos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!