La Luz en la Noche



En un pequeño pueblo, donde las estrellas brillaban como luceros, vivía una nena llamada Sofía. Sofía era una niña llena de sueños, pero había algo que la atormentaba: el miedo a la oscuridad. Cada vez que caía la noche, se acurrucaba en su cama, con la luz encendida, y no quería que su mamá se fuera de su lado.

Una noche, después de haber leído un cuento sobre valientes aventureros, Sofía decidió que era hora de enfrentar su miedo. Se acercó a su mamá y le dijo:

"Mamá, tengo una idea. Quiero hacer de mi habitación un lugar mágico para que la oscuridad no me asuste más."

La mamá de Sofía sonrió, intrigada por el plan de su hija.

"¿Y cómo piensas hacerlo, mi amor?" - preguntó.

"Voy a convertir a mi peluche, Sir Felix, en un valiente guardián. Y le voy a pedir a papá que me ayude a colgar luces de colores. Así, cuando se oscurezca, mi habitación será como un cielo estrellado, lleno de colores."

La mamá aplaudió la idea y esa misma noche, se pusieron a trabajar. Juntos, colgaron luces en cada rincón de la habitación y Sofía colocó a Sir Felix en la ventana, listo para protegerla.

Esa noche, a Sofía le parecía menos aterrador. La luz de los colores iluminaba su habitación y se sentía un poco más segura. Sin embargo, aún con su dulce guardián a su lado, sentía un nudo en la panza cuando todo se callaba. No obstante, decidió que quería ser valiente, así que le habló a Sir Felix:

"Guardían de la noche, cuídame mientras duermo. Prometo que mañana seré valiente."

De repente, un suave ruido provenía de debajo de su cama. Sofía dio un brinco y miró hacia abajo, sus ojos bien abiertos. Era un pequeño ratón llamado Tito, que vivía en la casa.

"Hola, Sofía. No te asustes, soy solo Tito. He estado escuchando tus historias y sé que le tienes miedo a la oscuridad."

Sofía estaba sorprendida y un poco asustada, pero Tito continuó:

"La oscuridad no es tan mala. ¿Te gustaría que te contara sobre mis aventuras nocturnas?"

Intrigada, Sofía asintió y Tito comenzó a relatarle sobre su vida en la oscuridad. Habló de cómo la noche era su hogar y cómo a veces, los sueños más hermosos se tejían entre las sombras. Sofía escuchó atentamente mientras las luces de colores parpadeaban.

"Cuando miro al cielo, veo amigos como las luciérnagas que bailan, y a veces incluso a la luna que me guía. No todo es miedo, Sofía. La oscuridad puede ser un lugar de magia, solo hay que saber mirar."

Sofía, cada vez más interesada, preguntó:

"¿De verdad es mágico? ¿Puede ayudarme a ser valiente también?"

"¡Claro! Mira, el secreto está en ver la oscuridad como un abrazo que te protege, como cuando te envuelves con una manta suave. En la noche, las cosas se ven diferentes y los cuentos pueden cobrar vida. ¿Te gustaría que te muestre cómo puede ser la oscuridad?"

Sofía se sintió un poco nerviosa, pero el entusiasmo de Tito la animó. Así que decidió intentar.

Con la ayuda de Tito y de Sir Felix, Sofía apagó las luces de colores. La oscuridad la envolvió, pero en lugar de asustarse, comenzó a usar su imaginación. La habitación se transformó en un barco pirata surcando mares desconocidos.

"¡Navegamos hacia la aventura!" - gritó Sofía, seguida por Tito que imaginaba ser un valiente marinero.

Pronto, la oscuridad dejó de ser aterradora y más bien se transformó en un lienzo en blanco donde podía dibujar sus cuentos. En ese momento, se dio cuenta de que la oscuridad no era un monstruo, sino un lugar lleno de posibilidades.

Al final de la noche, Sofía encendió una pequeña lámpara. Al mirar a Tito sonriendo y a Sir Felix, que parecía más fuerte que nunca, exclamó:

"Gracias, amigos. ¡Hoy aprendí que la oscuridad no tiene que dar miedo! Mañana seguiré explorando juntos."

Desde esa noche, Sofía nunca volvió a temer la oscuridad. Había aprendido que, con un poco de imaginación y la ayuda de sus amigos, hasta la noche más oscura podía brillar con luz y magia. Y así, encontró el valor de enfrentar sus miedos, convirtiendo cada noche en una nueva aventura.

Sofía ya no necesitaba la luz encendida, porque dentro de su corazón había descubrimientos, risas y estrellas que iluminaban su camino hacia sueños maravillosos.

FIN.

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