La Luz en la Oscuridad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, vivía un niño llamado Tomás. Tomás era muy valiente y aventurero, pero tenía un miedo secreto: le tenía pavor a la oscuridad.
Cada noche, cuando llegaba la hora de dormir, Tomás se metía bajo las sábanas y cerraba los ojos bien fuerte para no ver la oscuridad que lo rodeaba. Pero por más que intentara engañarse a sí mismo, el miedo seguía allí.
Un día, mientras jugaba en el parque del pueblo, Tomás escuchó a unos niños hablando sobre una leyenda. Decían que había un tesoro escondido en una cueva oscura al otro lado del bosque.
Según decían, solo aquellos valientes capaces de vencer su miedo podrían encontrarlo. Tomás sintió cómo su corazón se aceleraba ante la idea del tesoro y decidió enfrentar su miedo a la oscuridad para buscarlo.
Esa misma noche, esperó pacientemente hasta que todos en su casa estuvieran dormidos y se dirigió hacia el bosque con una linterna en mano. El camino hacia la cueva estaba lleno de ramas crujientes y ruidos extraños provenientes de los arbustos.
El corazón de Tomás latía tan rápido como los tambores de guerra mientras avanzaba con cautela. Cuando finalmente llegó a la entrada de la cueva, una ráfaga fría hizo que sus dientes castañetearan. La linterna temblaba en su mano mientras iluminaba el interior oscuro y misterioso.
Tomás dio un paso adelante con valentía y dijo en voz alta: "No tengo miedo, yo puedo vencer mi miedo a la oscuridad". A pesar de sus palabras valientes, su corazón seguía latiendo fuerte.
Dentro de la cueva, Tomás notó un brillo tenue proveniente de una pequeña abertura en la pared. Sin pensarlo dos veces, se adentró aún más hasta llegar a una sala llena de tesoros brillantes y relucientes. - ¡Increíble! - exclamó Tomás emocionado mientras recogía monedas de oro y joyas preciosas.
En ese momento, una voz resonó en el aire y dijo: "Has demostrado ser valiente y has superado tu miedo a la oscuridad. Este tesoro es tuyo como recompensa".
Tomás sonrió con orgullo mientras regresaba a casa con su tesoro escondido bajo el brazo. Desde aquel día, nunca más le tuvo miedo a la oscuridad porque había descubierto que dentro de ella también se pueden encontrar cosas maravillosas.
Y así, Tomás se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo que también tenían miedos. Les enseñó que enfrentar nuestros temores nos lleva hacia grandes aventuras y descubrimientos asombrosos.
Desde entonces, Villa Esperanza fue conocida como el lugar donde los niños aprendieron a vencer sus miedos y vivir sin limitaciones. Y todo gracias al valor y determinación de un niño llamado Tomás.
FIN.