La luz en la oscuridad
Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en una pequeña casa en el bosque. Lucas era un niño valiente y curioso, pero tenía un problema: le daba mucho miedo dormir solo por las noches.
Siempre pensaba que había monstruos debajo de su cama o escondidos en su armario. Una noche, mientras Lucas se preparaba para ir a la cama, sus padres le dijeron que tenían que salir y que él tendría que quedarse solo esa noche.
Aunque Lucas intentó ser valiente, no podía dejar de pensar en los monstruos oscuros acechando en cada rincón.
Cuando se apagaron las luces y todo quedó sumido en la oscuridad, Lucas comenzó a escuchar extraños sonidos provenientes de su habitación. El corazón del niño empezó a latir más rápido y tembloroso bajo las sábanas. De repente, apareció un pequeño monstruo oscuro al pie de su cama. Tenía grandes ojos amarillos y afilados dientes blancos.
Pero este monstruo no parecía feroz ni amenazante; al contrario, parecía asustado y triste. -¡No tengas miedo! -dijo el monstruo con una voz temblorosa-. Soy Max, el Monstruito Oscuro. Yo también tengo miedo de la oscuridad.
Lucas se sorprendió al escucharlo hablar y notó algo especial en aquel monstruito oscuro. Decidió superar su propio miedo para ayudarlo. -¿Por qué tienes miedo? -preguntó Lucas con ternura-.
¿No eres tú quien debería asustarme? Max suspiró y explicó que todos los monstruos oscuros tienen miedo de la oscuridad porque no pueden ver lo que hay a su alrededor. Pero, paradójicamente, ellos también necesitan la oscuridad para vivir.
Lucas empezó a sentir empatía por Max y decidió enfrentar su propio miedo a dormir solo. Juntos, buscaron una solución. -¿Qué tal si encendemos una pequeña luz de noche? -propuso Lucas-. Así podrás ver en la oscuridad sin asustarte y yo me sentiré más seguro.
Max se emocionó con la idea y juntos encontraron una linda lámpara con forma de estrella que emitía una luz suave. La colocaron cerca de la cama de Lucas y, poco a poco, el miedo fue desapareciendo.
Con el paso del tiempo, Lucas se acostumbró a dormir solo gracias a esa pequeña luz de noche. Y Max aprendió a controlar su temor a la oscuridad mientras acompañaba al niño todas las noches.
Un día, cuando ya no tenían miedo alguno, decidieron compartir su historia con otros niños que también tenían problemas para conciliar el sueño. Juntos formaron un grupo llamado "Los Amigos Valientes" para ayudarse mutuamente a superar sus miedos nocturnos.
Desde entonces, Lucas y Max se convirtieron en héroes valientes que demostraban que siempre hay soluciones para nuestros temores más profundos. Aprendieron que enfrentar los miedos juntos es mucho más fácil y gratificante.
Y así fue como aquel monstruo oscuro asustado se transformó en un amigo inseparable del niño valiente llamado Lucas. Juntos, enseñaron a muchos otros niños que la oscuridad no tiene por qué ser aterradora y que siempre hay una luz que nos guía en los momentos más oscuros de la vida.
FIN.