La madre valiente y su huida hacia la libertad



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, una mujer llamada Lola que vivía en un refugio junto a su hijo Lucas.

La vida en el refugio era difícil y triste, pero Lola siempre trató de mantener la esperanza viva para su pequeño. Un día, mientras recogían leña en el bosque, Lola escuchó a lo lejos el sonido de unos caballos acercándose rápidamente.

Era la policía del pueblo, que había descubierto que ella vivía ilegalmente en el refugio. Temiendo ser separada de su hijo, Lola decidió escapar esa misma noche.

Con el corazón latiéndole fuertemente, Lola esperó a que todos en el refugio se durmieran y con cuidado tomó a Lucas de la mano para salir sigilosamente por la puerta trasera. El cielo estaba estrellado y la luna brillaba sobre ellos mientras corrían hacia las montañas. "¿Mamá, qué está pasando?" -preguntó Lucas con voz temblorosa.

"No te preocupes mi amor", respondió Lola intentando ocultar su miedo. "Estamos escapando para estar libres y seguros. "Caminaron toda la noche por senderos empinados y oscuros hasta llegar a un claro donde vieron una cabaña abandonada.

Exhausta pero decidida, Lola decidió que ese sería su nuevo hogar. Los días pasaron y madre e hijo aprendieron a sobrevivir en la naturaleza. Cazaban animales para comer, recogían frutas silvestres y construyeron muebles con ramas secas.

A pesar de las dificultades, Lola nunca perdió la sonrisa ni dejó que Lucas perdiera la alegría. Una mañana mientras exploraban los alrededores, encontraron un arroyo cristalino donde pudieron bañarse por primera vez desde que habían escapado del refugio.

"¡Mamá esto es maravilloso!" -exclamó Lucas chapoteando feliz en el agua. "Sí mi amor", respondió Lola con lágrimas en los ojos. "Ahora somos libres como los pájaros del cielo.

"Poco a poco, otros habitantes del pueblo comenzaron a dejarles comida y ropa cerca de la cabaña sin revelar su paradero a las autoridades. Se habían convertido en leyenda entre los lugareños: "La mujer valiente que escapó del refugio". Un día, cuando menos lo esperaban, escucharon pasos acercándose a la cabaña.

Temerosa al principio, Lola abrió lentamente la puerta para encontrarse con el rostro amable de Mariana, una joven del pueblo. —"Hola" , dijo Mariana tímidamente. "He traído más alimentos para ustedes. "Lola sintió cómo las lágrimas brotaban nuevamente al ver tanta bondad en aquella joven desconocida.

"Gracias" , alcanzó a decir entre sollozos. Mariana les contó entonces que había convencido al alcalde del pueblo para permitirles quedarse allí legalmente y les ofreció trabajo y ayuda para reconstruir sus vidas.

Así fue como Lola y Lucas lograron superar todas las adversidades juntos gracias al valor y determinación de una madre dispuesta a luchar por un futuro mejor para su hijo.

Y aunque siempre recordarían aquellos días difíciles en el refugio, sabían que ahora tenían un hogar seguro lleno de amor y esperanza donde podrían empezar de nuevo.

FIN.

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