La Maestra de Emma



Había una vez una niña llamada Emma que estaba muy emocionada porque iba a empezar segundo grado en la escuela. Emma era una niña curiosa, inteligente y siempre tenía una sonrisa en su rostro.

El primer día de clases, Emma llegó temprano al colegio con su mochila llena de útiles escolares nuevos y sus zapatos brillantes. Estaba ansiosa por conocer a su nueva maestra y hacer amigos en su salón.

Al entrar al aula, Emma se sorprendió al ver que la maestra era una señora mayor con anteojos grandes y cabello gris. Al principio, Emma sintió un poco de miedo, pero pronto descubrió que la maestra era muy amable y cariñosa.

-¡Buenos días, niños! ¡Bienvenidos a segundo grado! Soy la Seño Ana -dijo la maestra con una gran sonrisa-. Estoy muy feliz de tenerlos en mi clase este año.

Los niños se presentaron uno por uno y luego la Seño Ana les explicó las reglas del aula y les dijo que ese año aprenderían muchas cosas nuevas y emocionantes. Durante las primeras semanas de clases, Emma se esforzó mucho por aprender todo lo que la Seño Ana les enseñaba.

Leía libros, hacía sumas y restas, aprendía sobre los animales y exploraba el mundo a través de experimentos científicos. Un día, mientras estaban en clase de arte, la Seño Ana les pidió a los niños que dibujaran lo que querían ser cuando fueran grandes.

Muchos dibujaron astronautas, bomberos o médicos. Cuando le tocó el turno a Emma de mostrar su dibujo, todos quedaron asombrados al ver que ella había dibujado a la Seño Ana.

-¿Por qué me has dibujado a mí, Emma? -preguntó la maestra sorprendida. -Porque quiero ser como usted cuando sea grande -respondió Emma con sinceridad-. Quiero ser una maestra amorosa y dedicada como usted.

La Seño Ana se emocionó mucho al escuchar las palabras de Emma y le dio un abrazo cariñoso. Desde ese día, Emma se convirtió en la alumna favorita de la maestra y juntas vivieron muchas aventuras educativas durante el resto del año escolar.

Al finalizar el año escolar, todos los padres fueron invitados a presenciar una pequeña obra de teatro organizada por los niños. Emma interpretó el papel principal y demostró todo lo aprendido durante el año frente a un público orgulloso lleno de aplausos y lágrimas de emoción.

Y así fue como Emma descubrió su pasión por aprender, enseñar e inspirar a otros gracias al amor y dedicación de su querida maestra Seño Ana. Juntas demostraron que con esfuerzo, perseverancia y cariño se pueden lograr grandes cosas en la vida.

Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Feliz fin!

FIN.

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