La magia de Cathaysa y los Niños Guardianes


Había una vez una elfa llamada Cathaysa, que vivía en un mágico bosque junto a sus amigos los animales y las hadas.

Un día, mientras volaba por el cielo en busca de aventuras, Cathaysa llegó al barrio de Tamaraceite en Gran Canaria. Pero lo que vio la entristeció mucho. El barrio estaba descuidado, lleno de basura y sin espacios verdes para jugar o disfrutar.

Los árboles estaban tristes y marchitos, y no se veían flores ni pájaros cantando. Cathaysa sabía que algo tenía que hacer para cambiar esa situación. Decidió ir al ayuntamiento de Las Palmas para hablar con los encargados y buscar una solución.

Cuando llegó al ayuntamiento, le explicó a la alcaldesa su preocupación por el estado del barrio. La alcaldesa escuchó atentamente y decidió colaborar con Cathaysa para mejorar Tamaraceite. Cathaysa propuso organizar un proyecto junto a los niños del colegio Claret para limpiar el barrio y plantar árboles y flores.

La alcaldesa estuvo de acuerdo e invitó a los niños a participar en esta gran aventura. Cuando Cathaysa fue al colegio Claret a contarles la noticia, todos los niños se emocionaron muchísimo.

Juntos formaron un equipo llamado "Los Guardianes Verdes" porque querían cuidar del medio ambiente como verdaderos héroes. Durante semanas, Cathaysa y los niños trabajaron duro limpiando las calles, reagarrando basura y pintando murales bonitos en las paredes grises.

También plantaron muchas flores y árboles para llenar de vida el barrio. Poco a poco, Tamaraceite fue transformándose en un lugar hermoso y lleno de alegría. Los vecinos se unieron al proyecto y comenzaron a cuidar del barrio, manteniéndolo limpio y ordenado.

Un día, mientras Cathaysa volaba sobre Tamaraceite, vio cómo los árboles estaban más verdes que nunca y las flores habían crecido enormemente. Los niños jugaban felices en los nuevos espacios verdes, disfrutando de la naturaleza que habían ayudado a crear.

Cathaysa se sentía orgullosa de lo logrado junto a los niños del colegio Claret. Habían demostrado que con esfuerzo y trabajo en equipo podían hacer grandes cambios en su comunidad.

Desde ese día, Cathaysa visitaba regularmente el barrio de Tamaraceite para asegurarse de que todos continuaran cuidando del medio ambiente. Y cada vez que veía una sonrisa en el rostro de un niño o escuchaba el canto de un pájaro, sabía que había valido la pena todo su esfuerzo.

Así termina la historia de Cathaysa y los Guardianes Verdes, una historia llena de esperanza y enseñanzas sobre la importancia de cuidar nuestro entorno. Porque todos podemos ser héroes del medio ambiente si trabajamos juntos por un mundo mejor.

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