La magia de dar
Había una vez una niña llamada Sofía, quien esperaba con ansias la llegada de la Navidad.
Desde el primer día de diciembre, ella contaba los días que faltaban para ese momento mágico en el que se reuniría con su familia y abrirían los regalos debajo del árbol. Sofía no podía contener su emoción.
Cada tarde, después de la escuela, se sentaba frente al calendario del Adviento y abría uno de los pequeños compartimentos para descubrir un dulce o una sorpresa. Pero eso solo aumentaba su impaciencia. Un día, mientras caminaba por el centro comercial con su mamá, Sofía vio un anuncio sobre un concurso navideño.
El premio era pasar una noche entera en una juguetería y poder llevarse todos los juguetes que pudiera agarrar en cinco minutos. - ¡Mamá! ¡Por favor! - exclamó Sofía emocionada-. ¿Me puedo inscribir en ese concurso? Sería increíble tener todos esos juguetes nuevos.
La mamá de Sofía sonrió y dijo:- Claro que sí, cariño. Pero recuerda que lo más importante en Navidad es disfrutar del tiempo en familia y compartir momentos especiales juntos. Sofía asintió pero seguía soñando con ganar el concurso y llenar su habitación de juguetes nuevos.
Pasaron los días y finalmente llegó la noche del sorteo. Todos estaban reunidos frente a la televisión para conocer al ganador. El presentador anunció:- Y la afortunada ganadora es...
¡Sofía! La niña gritó de alegría y no podía creerlo. Había ganado el concurso y tendría cinco minutos para llenar su carrito con juguetes. Llegó la noche del evento y Sofía estaba lista para entrar a la juguetería.
Sin embargo, algo extraño sucedió cuando abrieron las puertas. En lugar de estar llena de juguetes nuevos, la tienda estaba vacía, excepto por un pequeño elfo que se acercó a Sofía. - Hola, Sofía - dijo el elfo-.
He visto cómo esperabas ansiosa la Navidad y tu deseo de tener muchos regalos. Pero quiero enseñarte algo importante. El elfo llevó a Sofía a través de un portal mágico que los transportó a un hogar humilde donde vivían otros niños.
Eran niños que no tenían tantos juguetes ni una familia como la de Sofía. Sofía se sintió triste al ver sus rostros apagados y sin alegría navideña. Entonces, recordó lo que su mamá le había dicho sobre compartir momentos especiales en familia.
Decidió hacer algo para alegrarles la Navidad a esos niños. Con ayuda del elfo, organizó una fiesta sorpresa en el hogar humilde. Decoraron el lugar con luces brillantes, cantaron villancicos y compartieron una deliciosa cena navideña.
Sofia entendió que no era necesario tener muchos regalos para disfrutar de la Navidad. Lo más valioso era estar rodeada de amor y poder compartir momentos especiales con quienes más queremos.
Después de esa experiencia maravillosa, Sofía decidió donar todos los juguetes que había ganado en el concurso a los niños del hogar humilde. Vio cómo sus caras se iluminaron de alegría al recibir esos regalos.
Desde ese día, Sofía aprendió que la verdadera magia de la Navidad estaba en dar amor y hacer felices a los demás. Y cada año, juntos con su familia, visitaban el hogar humilde para compartir la alegría navideña con aquellos que más lo necesitaban.
Y así, Sofía descubrió que no importaba cuántos regalos recibiera bajo el árbol, sino cuánto amor podía dar y recibir durante esa época especial del año.
FIN.