La magia de la empatía
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una escuela llamada 'El Arco Iris'. Esta escuela era conocida por su hermoso jardín y sus alegres alumnos, aunque detrás de esa felicidad había un problema que afectaba a varios de ellos: el bullying. Uno de los chicos que más sufría era Lucas, un niño tímido y soñador, que a menudo se sentaba solo en la hora del recreo.
Un día, mientras Lucas dibujaba en su cuaderno, un grupo de chicos encabezados por Marcos comenzó a burlarse de él:
- '¡Mirá al dibujante! ¿¿Todavía creés que sos un artista? ?'
- 'Deberías dibujar un amigo, porque eso es lo que más necesitás, Lucas.'
Los comentarios hirientes resonaban en el patio de la escuela, y Lucas, un poco avergonzado, se encerró en sus pensamientos.
Pero lo que Lucas no sabía era que todo cambiaría con la llegada de una nueva alumna, Valentina. Ella se había mudado recientemente al pueblo y, al ver cómo trataban a Lucas, decidió que iba a hacer algo al respecto. A medida que pasaban los días, Valentina se acercó a Lucas en el recreo, rompiendo la burbuja de soledad que lo rodeaba:
- 'Hola, soy Valentina. ¿Te gustaría que dibujáramos juntos?'
- '¿De verdad? Pero, yo... yo no soy tan bueno.'
- '¡No importa! Todos somos buenos en algo. A mí me encanta hacer collages. Tal vez podamos combinar nuestras habilidades.'
Lucas, sorprendido, aceptó la invitación. A partir de ese día, ambos se hicieron amigos inseparables. Compartían risas y, más importante aún, se apoyaban mutuamente. Sin embargo, el grupo de Marcos no estaba satisfecho con esta nueva amistad.
Un día, mientras Valentina y Lucas estaban en el aula, Marcos se acercó con su equipo de bullying:
- 'Mirá, la novata le habla al perdedor. ¡Qué lindo!'
- '¿No te da vergüenza, Valentina? ¡Sos la última que debería estar con él!'
Valentina, en vez de enojarse, decidió intentar algo diferente. Con una voz serena dijo:
- 'Marcos, ¿por qué es tan divertido hacer sentir mal a otros? A veces no sabemos lo que atraviesa cada uno.'
Marcos se quedó callado, nunca había escuchado algo así.
- '¿Y a mí qué me importa lo que atraviese Lucas? Es solo un dibujo.'
- 'Pero los dibujos de Lucas tienen magia. Me cayeron lágrimas con uno de sus dibujos de pájaros la semana pasada. Vino a consolarme cuando estaba triste.'
Los compañeros de Marcos empezaron a murmurar entre ellos, algunos incluso se veían incómodos. Pero Marcos, al sentirse desafiado, optó por cambiar de táctica.
- 'No quiero eso. ¡Lucas es un perdedor y siempre lo será!'
Lucas, por otro lado, había escuchado lo que Valentina había contado. Con mucha valentía, se levantó:
- 'Marcos, ya no me importa lo que pienses. Estoy aquí porque tengo una amiga. Tus palabras ya no me afectan.'
Los chicos, sorprendidos, observaron cómo Lucas se mantenía firme. Notaron el cambio en él y empezaron a preguntarse si realmente estaban haciendo lo correcto. Valentina sonrió al ver la confianza de su amigo.
Poco a poco, otros niños de la escuela se dieron cuenta de lo que ocurría y comenzaron a apoyarlos. Al final del año, la escuela organizó un evento llamado 'Día de la Empatía', donde todos compartieron sus talentos. Lucas, en vez de esconderse, se animó a mostrar sus dibujos y Valentina presentó su collage.
Cuando terminaron, un aplauso ensordecedor llenó el aula.
- '¡Lucas, sos increíble!'
- 'Gracias. Todo fue posible gracias a Valentina, quien me animó.'
Marcos también estaba allí, sintiendo un remordimiento en su corazón. Se dirigió a Lucas junto a sus amigos:
- 'Lo siento, no debí haberte hecho sentir mal. ¿Podés perdonarme?'
Lucas, recordando las lecciones de Valentina, decidió ser amable:
- 'Claro, todos cometemos errores. Aprendamos juntos.'
Desde entonces, en 'El Arco Iris', todos aprendieron la importancia de la empatía y el respeto por los demás. La amistad fue lo que venció al bullying, y cada día era un nuevo comienzo lleno de colores y risas. Y así, Lucas no solo dejó de ser el chico solitario, sino que también se convirtió en un símbolo de fuerza y amistad.
Y colorín colorado, esta historia de empatía ha terminado.
FIN.