La magia de la leche materna



Había una vez un bebé muy especial que aún no había nacido. Este bebé estaba en la panza de su mamá y estaba muy asustado porque no sabía qué iba a comer cuando llegara al mundo.

"Mami, estoy preocupado", dijo el bebé con voz temblorosa. "¿Qué voy a comer cuando nazca? No quiero pasar hambre". La mamá del bebé sonrió amorosamente y acarició su barriguita. "No te preocupes, mi pequeño tesoro", le respondió.

"Te prometo que cuando nazcas, te daré leche materna a libre demanda de manera exclusiva. Serás alimentado directamente de mi pecho y siempre tendrás comida para satisfacer tu hambre". El bebé se sintió aliviado al escuchar las palabras de su mamá.

Pero entonces surgió otra duda en su mente inquieta: ¿qué pasaría con su tripita si dejaba de comer por ella?"Mami, ¿qué va a pasar con mi tripita si solo tomo leche materna?", preguntó el bebé preocupado.

La mamá lo abrazó tiernamente y le explicó: "Mi dulce niño, la leche materna es mágica y tiene todo lo que necesitas para crecer fuerte y sano.

Está llena de nutrientes especiales que nutrirán tu cuerpo y harán feliz a tu pancita". El bebé se sintió más tranquilo al saber que la leche materna sería suficiente para él. Pero aún tenía curiosidad sobre cómo funcionaría todo eso. "¿Cómo vas a hacerlo, mami? ¿Cómo me alimentarás?", preguntó el bebé intrigado.

La mamá sonrió y le explicó: "Cuando nazcas, te llevaré a mi pecho. Allí encontrarás un lugar cálido y acogedor donde podrás tomar la leche que necesitas.

No importa si tienes hambre durante el día o la noche, estaré siempre lista para alimentarte". El bebé se llenó de alegría al escuchar las palabras de su mamá. Sabía que sería amado y cuidado desde el momento en que naciera. Finalmente, llegó el tan esperado día del nacimiento.

El bebé salió al mundo y fue recibido con amor por su mamá. La llevó a su pecho y comenzó a tomar la leche materna como habían prometido.

Con cada sorbo de leche materna, el bebé sentía cómo su pancita se llenaba de energía y vitalidad. Su cuerpo crecía sano y fuerte gracias a ese alimento especial que solo su mamá podía darle. Con el paso del tiempo, el bebé se convirtió en un niño feliz y saludable.

Siempre recordaba con gratitud las palabras de su mamá antes de nacer, cuando lo tranquilizó diciendo que nunca pasaría hambre.

Y así, esta historia nos enseña la importancia de la lactancia materna exclusiva y a libre demanda para los bebés recién nacidos. Nos muestra cómo una madre puede satisfacer todas las necesidades nutricionales de su hijo mediante este precioso acto de amor. Fin

FIN.

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