La Magia de la Navidad en el Bosque Encantado
En un encantador bosque, donde los árboles estaban cubiertos de hojas brillantes y los animales vivían en armonía, se acercaba la Navidad. Todos los años, una gran celebración unía a todos los habitantes del bosque en un solo corazón.
Esta Navidad, la pequeña ardillita llamada Lila estaba muy emocionada. "¡Es la mejor época del año!"- gritó mientras saltaba de rama en rama. Lila siempre se ocupaba de adornar su árbol con nueces y pequeñas luces que había encontrado.
Un día, su amigo el conejo Coco llegó corriendo. "Lila, Lila! ¡El día de la fiesta se acerca! ¿Ya preparaste tus regalos?"- preguntó con los ojos brillantes.
"Sí, estoy haciendo algo especial para todos. Pero, ¿qué haremos con los que no tienen nada?"- se preocupó Lila. Ella sabía que en el bosque había algunos animales que no podían conseguir regalos.
Coco la miró con seriedad. "Tal vez podamos hacer un programa de regalos compartidos. ¡Podemos recolectar lo que cada uno ya no use!"- propuso.
A Lila le encantó la idea. Así que, decidieron llamar a una reunión a todos los animales del bosque. Cuando se juntaron, Lila dijo: "Amigos, tenemos que ayudar a aquellos que no tienen regalos. Propongo que cada uno traiga algo que ya no usemos, ¡y los regalaremos a los que más lo necesiten!"-
Los animales comenzaron a murmurar. La tortuga Tula, con su voz profunda, comentó: "Es una idea maravillosa, pero, ¿cómo haremos para que todos participen?"
El búho sabio, Don Pío, voló hacia el centro donde estaban todos. "La Navidad es un momento de dar, pero también de ser responsables y amables. Si cada uno pone un poco de su corazón, muchos se alegrarán. Y no olvidemos compartir la alegría con los que nos rodean."-
Decidieron que cada animal traería su regalo el día de la fiesta. Los días pasaron. Lila y Coco se esforzaban por recolectar artículos del bosque y se dieron cuenta de que no solo era importante dar, sino también la alegría de compartir entre amigos.
Cuando llegó el gran día, el bosque estaba como un cuento de hadas. Las luces brillaban, el aroma de las hojas frescas llenaba el aire, y hubo música de los pájaros que animaban junto a todos los animales.
"¡Feliz Navidad!"- gritó Lila mientras miraba todo lo que habían preparado. Los regalos se apilaron en el centro del bosque y, a medida que cada animal mostraba lo que había traído, todos aplaudieron y sonrieron.
Pero un pequeño ciervo llamado Sam se quedó al fondo, un poco triste. "No traje nada... no tengo nada que dar,"- murmuró. Lila lo vio y se acercó.
"Sam, la Navidad no solo es sobre regalos. Tu sonrisa y tu amistad son el mejor regalo que puedes dar."-
Sam sonrió tímidamente. "¿De verdad?"- preguntó.
"¡Por supuesto! Y además, el cariño y la bondad que compartas hoy harán que todos se sientan especiales."-
Sam se animó y, con la ayuda de Lila, compartió una hermosa canción que había aprendido, llenando de alegría a todos los presentes.
Al final de la celebración, todos los animales compartieron sus regalos y risas. Lila miró a su alrededor y sintió que la verdadera magia de la Navidad era estar juntos, ser amables, y sobre todo, hacer felices a los demás. Aquella noche, cuando el último destello de la estrella se apagó, Lila se durmió con una sonrisa, sabiendo que había sido parte de algo verdaderamente mágico.
Así, en un rincón del bosque, la Navidad se convirtió en un abrazo cálido para todos. Y cada año, la celebración del amor y la amabilidad se volvía cada vez más especial, recordando que la magia de la Navidad vive en nuestros corazones cuando estamos con aquellos que queremos.
FIN.