La magia de la Navidad en Los Pumitas



Había una vez un grupo de niños que asistían a la Escuela Primaria "Los Pumitas". Eran amigos inseparables y siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente.

Se acercaba la época navideña y todos estaban emocionados por las vacaciones, los regalos y las fiestas. Un día, mientras esperaban el timbre para entrar a clase, se dieron cuenta de algo extraño. El árbol de Navidad que solía estar en el patio había desaparecido.

Todos quedaron sorprendidos y tristes al ver el espacio vacío donde estaba el hermoso árbol decorado. - ¡Qué pena! -exclamó Martín-. Sin nuestro árbol de Navidad no será lo mismo. - No te preocupes, Martín -dijo Sofía con optimismo-.

Podemos hacer algo para tener nuestra propia celebración navideña en la escuela. Entusiasmados con la idea, los niños comenzaron a planear cómo podrían hacerlo. Decidieron organizar un concurso entre todas las clases para crear su propio árbol de Navidad utilizando materiales reciclados.

Cada clase tendría que diseñar y construir su propio árbol creativo usando papel, cartón, botellas plásticas y cualquier otro material reciclable que pudieran encontrar. El concurso fue todo un éxito.

Las clases se esforzaron al máximo para crear los árboles más originales y coloridos. Había un árbol hecho completamente de periódicos enrollados, otro hecho con cajas pintadas y hasta uno construido con tapas de botellas pegadas juntas formando una estructura en forma de pino.

Cuando llegó el día de la exposición de los árboles, todos los niños estaban emocionados por ver las creaciones de sus compañeros. El patio se llenó de risas y alegría mientras recorrían cada uno de los diseños. - ¡Vaya! -exclamó Lucas-.

Todos son tan hermosos, no sé cuál elegir como el mejor. - Tienes razón, Lucas, todos han hecho un gran trabajo -respondió Ana-. Pero recuerda que lo importante es participar y divertirse juntos.

Justo en ese momento, la directora del colegio apareció con una sorpresa. Había estado observando el concurso y decidió premiar a todas las clases por su creatividad y esfuerzo. Cada una recibió un diploma especial por su contribución a la celebración navideña en la escuela.

Los niños celebraron alegremente mientras colocaban sus diplomas alrededor del árbol ganador. Aunque no tenían un árbol tradicional, habían creado algo aún más valioso: la unión entre ellos y el espíritu navideño compartido.

En las semanas siguientes, los niños continuaron disfrutando de diversas actividades navideñas en la escuela. Organizaron coros donde cantaban villancicos, intercambiaron tarjetas hechas a mano y compartieron galletitas caseras durante el recreo.

Al finalizar el año escolar, los niños se despidieron con alegría sabiendo que habían creado una Navidad especial para ellos mismos y para toda la comunidad escolar. Se prometieron mantener vivo ese espíritu de amistad y solidaridad durante todo el año venidero.

Y así fue como aquellos niños, sin un árbol de Navidad tradicional, descubrieron que la verdadera magia de esta época está en la creatividad, el trabajo en equipo y el amor que compartimos con los demás.

FIN.

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