La magia de la risa


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una bruja llamada Doña Beatriz. A pesar de su apariencia aterradora, era una bruja muy amable y divertida.

Le encantaba hacer reír a todos los habitantes del pueblo con sus trucos mágicos. Un día, mientras Doña Beatriz se preparaba para su espectáculo de magia en la plaza del pueblo, llegó el lobo mentiroso.

Este lobo siempre estaba inventando historias exageradas para llamar la atención y asustar a los demás animales. El lobo mentiroso se acercó a Doña Beatriz y le dijo: "¡Hola bruja! ¿Sabes qué? ¡He visto un dragón volando sobre el bosque! Era enorme y escupía fuego por la boca".

Doña Beatriz se echó a reír tan fuerte que todos los pájaros salieron volando de los árboles. "¡Ay, lobo mentiroso! Siempre tienes historias fantásticas para contar", dijo entre risas. En ese momento apareció Catalina, una niña muy traviesa que siempre buscaba meterse en problemas.

Al ver a la bruja riendo tanto, decidió acercarse y preguntarle qué pasaba. "¿Por qué te ríes tanto, Doña Beatriz?", preguntó Catalina curiosa. La bruja respondió: "Este lobo mentiroso me ha contado otra historia increíblemente absurda".

Catalina miró al lobo con desconfianza y le dijo: "Lobo mentiroso, ya basta de tus cuentos falsos. No puedes engañarnos todo el tiempo". El lobo se sintió avergonzado y prometió no volver a mentir nunca más.

A partir de ese día, el lobo aprendió que la honestidad era mucho más valiosa que inventar historias. Doña Beatriz, Catalina y el lobo mentiroso se volvieron grandes amigos y comenzaron a trabajar juntos para hacer reír a los demás habitantes del pueblo.

La bruja realizaba sus trucos mágicos, Catalina hacía payasadas divertidas y el lobo se encargaba de contar chistes. La gente del pueblo disfrutaba tanto de su espectáculo que cada vez más personas acudían a verlos.

La risa llenó las calles y todos se dieron cuenta de que la magia más poderosa es la que surge cuando compartimos momentos felices con aquellos que nos rodean.

Y así, gracias a la amistad entre una bruja risueña, una niña traviesa y un lobo mentiroso convertido en cómico, el pueblo vivió días llenos de alegría y diversión. Todos aprendieron la importancia de ser honestos, respetuosos y sobre todo, nunca dejar de reír juntos. Fin.

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