La magia de las palabras
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Rebeca. A pesar de ser muy curiosa y tener mucha imaginación, le costaba mucho leer.
Sus ojos se cansaban rápidamente y las palabras parecían bailar frente a ella. Un día, mientras exploraba el desván de su casa, encontró un viejo libro cubierto de polvo. Era un cuento mágico con letras doradas en la portada que decían "El Mundo Fantástico".
Sin pensarlo dos veces, Rebeca abrió el libro y comenzó a leer en voz alta. De repente, como por arte de magia, las palabras cobraron vida y Rebeca se vio transportada dentro del cuento.
Se encontraba parada frente a un majestuoso castillo rodeado de verdes prados y montañas nevadas. Justo en ese momento apareció una hada llamada Estrella. Tenía cabello azul brillante y alas transparentes como el cristal.
Se acercó a Rebeca con una sonrisa cálida y le dijo: "¡Bienvenida al Mundo Fantástico! Aquí podrás vivir grandes aventuras". Rebeca no podía creer lo que estaba pasando. Estaba emocionada por explorar aquel mundo lleno de dragones, castillos encantados y unicornios mágicos.
Sabía que esta era la oportunidad perfecta para superar sus dificultades con la lectura. Estrella guió a Rebeca hacia una biblioteca llena de libros maravillosos. Cada uno contenía conocimientos valiosos sobre diferentes temas. La niña tomó uno sobre los dragones e inmediatamente se sumergió en su lectura.
A medida que avanzaba en el libro, Rebeca aprendía sobre los diferentes tipos de dragones y sus habilidades. También descubrió cómo comunicarse con ellos y ganarse su confianza. Estaba emocionada por poner en práctica todo lo que había aprendido.
Con valentía, Rebeca se adentró en un bosque oscuro donde vivían los dragones. "¡Hola! Soy Rebeca y estoy aquí para conocerlos", dijo con voz firme mientras extendía sus manos hacia ellos.
Los dragones la observaron con curiosidad y pronto comenzaron a acercarse a ella. La niña les contó historias increíbles sobre sus aventuras dentro del cuento mágico. Los dragones quedaron fascinados y decidieron ayudarla en su misión de superar las dificultades de lectura.
Juntos, construyeron un hermoso castillo hecho de libros gigantes. Cada uno contenía una historia diferente que enseñaba algo nuevo a Rebeca. Los dragones se convirtieron en sus amigos más fieles, volando por el cielo y protegiéndola siempre.
Poco a poco, la lectura se convirtió en algo divertido para Rebeca. Descubrió que cada palabra era como una llave que abría puertas hacia nuevos mundos llenos de magia y conocimiento. Finalmente, llegó el día en que Rebeca debía regresar al mundo real.
Estrella la acompañó hasta el límite del Mundo Fantástico y le dijo: "Recuerda siempre que no importan las dificultades que encuentres, tienes dentro de ti la magia para superarlas".
Rebeca asintió con una sonrisa y se despidió de Estrella y los dragones. De vuelta en su habitación, abrió el cuento mágico una vez más y comenzó a leer con entusiasmo. Desde aquel día, Rebeca nunca dejó de leer.
Cada libro era un nuevo viaje hacia la imaginación y el aprendizaje. Y aunque las palabras seguían bailando frente a ella, ahora eran sus amigas que la guiaban a través del maravilloso mundo de la literatura.
Y así, Rebeca demostró al mundo que no importa cuánto cueste leer, siempre hay formas de superar las dificultades y encontrar la magia en cada palabra escrita.
FIN.