La magia de los colores

Título: "El mundo de los colores"Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, un grupo de niños muy especiales.

Cada uno de ellos tenía la capacidad de brillar con un color único y maravilloso que los hacía únicos en todo el mundo. Había niños rojos, azules, amarillos, verdes y muchos más. En ese pueblo vivía Lucas, un niño que destacaba por su colorido arcoíris.

Tenía la habilidad de cambiar su brillo a cualquier color que deseara. Sin embargo, a pesar de su don especial, Lucas se sentía triste porque algunos niños no lo aceptaban por ser diferente. Un día, llegó al pueblo una niña llamada Valentina.

Ella era nueva y su brillo era blanco como la luz del sol. Los demás niños se burlaban de ella y le decían cosas hirientes porque no entendían su color único.

Lucas sintió empatía por Valentina ya que él también había pasado por situaciones similares. Decidió acercarse a ella para hacerle compañía y mostrarle que ser diferente era algo hermoso. "Hola Valentina, ¿cómo estás? Soy Lucas, ¿te gustaría jugar juntos?" -dijo Lucas con una sonrisa cálida.

Valentina miró a Lucas con sorpresa y luego asintió tímidamente. Jugaron juntos durante horas y descubrieron lo divertido que era tener amigos con colores diferentes. Poco a poco, otros niños se fueron acercando a Lucas y Valentina para unirse a sus juegos.

A través del juego y la diversión, aprendieron a valorar las diferencias entre ellos y a respetarse mutuamente. Un día, mientras jugaban cerca del río, un grupo de niños maliciosos se acercó para burlarse de Valentina nuevamente.

Pero esta vez, Lucas y sus amigos se pusieron delante de ella para protegerla. "¡Dejen en paz a Valentina! ¡Ella es especial al igual que todos nosotros!" -gritó Lucas con determinación.

Los niños maliciosos se detuvieron ante la valentía de Lucas y reflexionaron sobre sus acciones. Finalmente pidieron disculpas a Valentina por haberla discriminado e invitaron a todos los niños a jugar juntos sin importar sus colores.

Desde ese día en adelante, el pueblo se llenó de risas y alegrías mientras los niños brillaban con colores diversos sin temor a ser discriminados. Lucas enseñó a todos una gran lección: la verdadera belleza radica en la diversidad y en aceptarnos unos a otros tal como somos.

Y así fue como en aquel pequeño pueblo cada niño aprendió el valioso derecho de no ser discriminado por ser diferente; comprendiendo que la verdadera magia reside en la amistad sincera y el respeto mutuo.