La magia de los dibujos iluminados
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, donde todos los niños y niñas vivían con alegría y entusiasmo.
Se acercaba la Navidad, y en el colegio se estaba organizando una gran fiesta llena de música, baile y diversión. Uno de los niños más especiales de Villa Feliz era Lucas, un pequeño con una imaginación desbordante. A Lucas le encantaba dibujar y crear historias mágicas con sus lápices de colores.
Siempre llevaba consigo su cuaderno lleno de ilustraciones maravillosas. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, Lucas encontró a Martina, una niña que también amaba la Navidad tanto como él.
Juntos decidieron hacer algo especial para la fiesta: crear unas increíbles ilustraciones para decorar el salón del colegio. Lucas y Martina pasaron horas dibujando árboles nevados, renos voladores y luces brillantes. Cada uno plasmaba su creatividad en cada trazo de color.
Estaban tan emocionados que no se dieron cuenta cuando llegó la noche. De repente, las luces del parque se apagaron y todo quedó sumido en la oscuridad. Los niños comenzaron a asustarse porque no podían ver nada a su alrededor.
- ¡Qué susto! No puedo ver nada -dijo Lucas temblando-. ¿Y si nos perdemos? Martina intentó tranquilizarlo diciendo:- No te preocupes, tengo una idea brillante para resolver esto. Martina sacó un frasco lleno de luciérnagas que había atrapado esa tarde.
Las liberó y las pequeñas luces comenzaron a iluminar el parque. - ¡Mira, Lucas! -exclamó Martina emocionada-. Ahora podemos ver nuestro camino. Los niños siguieron caminando hasta llegar al colegio. Cuando entraron al salón, se quedaron sin palabras.
Las ilustraciones que habían creado brillaban con una luz mágica, como si cobraran vida propia. - ¡Es increíble! -dijo Lucas sorprendido-. Nuestras ilustraciones parecen estar vivas. De repente, un duende apareció en la habitación.
Era pequeño y travieso, pero tenía una sonrisa amigable en su rostro. - Hola chicos, soy el Duende de la Creatividad -dijo el duende con voz juguetona-. He venido a felicitarlos por su imaginación y talento para crear estas hermosas ilustraciones.
Lucas y Martina estaban asombrados de tener al Duende de la Creatividad frente a ellos. El duende les explicó que sus dibujos eran tan especiales porque habían sido creados con amor y pasión.
- Cada trazo de color representa algo único dentro de ustedes -dijo el duende-. Y cuando compartes eso con los demás, haces que la magia ocurra. Los niños entendieron entonces que su creatividad era valiosa y podía alegrar la vida de otros.
Esa noche, todos los habitantes del pueblo disfrutaron de la fiesta navideña rodeados por las maravillosas ilustraciones de Lucas y Martina. Desde ese día, Villa Feliz se convirtió en un lugar donde todos los niños eran alentados a explorar su creatividad.
Lucas y Martina se convirtieron en los maestros de la imaginación, enseñando a otros niños a dibujar y crear historias mágicas. Y así, gracias al poder de la creatividad y el amor por la Navidad, Villa Feliz brilló más que nunca.
Los niños aprendieron que juntos pueden hacer cosas maravillosas y que sus talentos pueden iluminar el mundo.
FIN.