La magia de los pasteles especiales



Había una vez en la selva africana, una cebra muy alegre y creativa llamada Camila. A Camila le encantaba cocinar, especialmente preparar deliciosos pasteles de manzanas azules con su receta secreta.

Un día, mientras estaba concentrada en la cocina de su hogar, escuchó un ruido detrás de ella. "- ¡Hola, Camila! ¿Qué tal estás hoy?", dijo una voz conocida.

Camila se dio vuelta rápidamente y se encontró con su amigo el pingüino Pablo, quien lucía una corbata de lunares rojos brillantes. La sorpresa fue tan grande que la cebra dejó caer el frasco de esencia de vainilla que tenía en las pezuñas.

"- ¡Ay, Pablo! ¡Me asustaste! No esperaba verte por aquí hoy", exclamó Camila tratando de recuperarse del susto. "- Lo siento, amiga. Solo quería venir a visitarte y mostrarte mi nueva corbata", respondió el pingüino con una sonrisa inocente. Camila respiró hondo y decidió no estar molesta por mucho tiempo.

Después de todo, Pablo era uno de sus mejores amigos y siempre le alegraba el día con sus ocurrencias. Así que lo invitó a quedarse para ayudarla a terminar el pastel de manzanas azules.

Los dos amigos se pusieron manos a la obra: Pablo revolvía la mezcla con su ala mientras Camila rallaba las manzanas con destreza. La cocina se llenó rápidamente con un aroma delicioso que hacía agua la boca.

Sin embargo, cuando sacaron el pastel del horno y lo decoraron con crema batida y rodajas de manzana, descubrieron algo inesperado: ¡las manzanas habían cambiado mágicamente su color a un tono dorado brillante!"- ¡Increíble! ¿Cómo pasó esto?", exclamaron al unísono Camila y Pablo sorprendidos por el giro inesperado en su receta.

Pero antes de poder encontrar una explicación lógica, escucharon un ruido proveniente del jardín exterior. Al asomarse por la ventana vieron a un hada madrina risueña que les guiñaba un ojo desde lejos.

"- Parece que alguien quiso darles una pequeña sorpresa mágica hoy", susurró Pablo emocionado. Camila sonrió ampliamente y abrazó a su amigo pingüino agradecida por compartir ese momento especial juntos.

A partir de ese día, cada vez que preparaban su famoso pastel de manzanas azules doradas recordaban aquella tarde llena de magia e amistad inquebrantable.

FIN.

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