La magia de Pipo
Había una vez una joven llamada Flor. Flor era una chica muy activa y siempre tenía muchas tareas por hacer.
Estudiaba psicología, trabajaba, entrenaba boxeo, comía papas fritas, tomaba café, miraba su serie favorita Friends, paseaba a su perro Luca, miraba fotos de su club deportivo y escuchaba la música de Silvestre y la naranja.
Un día, mientras Flor se preparaba para presentarse a su nuevo grupo de Diller, se dio cuenta de que tenía demasiadas cosas por hacer en tan poco tiempo. Se sentó en su habitación y pensó: "¡Ay! ¿Cómo voy a lograr hacer todo esto? Necesito ayuda". En ese momento, apareció un pequeño duende llamado Pipo.
Pipo era muy travieso pero también sabio y conocía muchos trucos mágicos. Flor le dijo a Pipo sobre todas las tareas que debía realizar antes de presentarse al grupo de Diller y cómo se sentía abrumada.
Pipo sonrió y dijo: "No te preocupes Flor, puedo ayudarte con eso". Pipo sacó su varita mágica y pronunció unas palabras misteriosas. De repente, el tiempo comenzó a ralentizarse y todo lo que Flor tenía que hacer parecía más manejable. Primero fueron los estudios de psicología.
"¡Bibidi babidi bu!", exclamó Pipo mientras tocaba los libros con su varita mágica. Los libros se abrieron automáticamente en las páginas correctas y Flor pudo estudiar sin problemas. Luego llegó el turno del trabajo.
"¡Alakazam!", gritó Pipo mientras señalaba el reloj. El tiempo se extendió y Flor pudo terminar todas sus tareas en el trabajo sin prisas. Después, Pipo hizo aparecer una caja llena de papas fritas. "¡Abracadabra!", dijo mientras abría la caja.
Las papas fritas estaban deliciosas y Flor disfrutó de su merienda sin preocupaciones. A continuación, llegó el entrenamiento de boxeo. "¡Sim sala bim!", exclamó Pipo mientras movía su varita mágica frente a los guantes de Flor.
De repente, sintió una fuerza extra en sus puños y pudo realizar todos los ejercicios con facilidad. Flor también quería tomar un café para mantenerse despierta, así que Pipo le preparó uno perfecto con solo tocar la taza con su varita mágica.
Después de relajarse viendo un episodio de Friends, llegó el momento de pasear a Luca. "¡Hocus pocus!", gritó Pipo mientras acariciaba al perro. Luca comenzó a caminar obedientemente a su lado sin jalar la correa.
Flor pasó por alto las fotos de su club deportivo porque sabía que podía verlas más tarde y disfrutarlas plenamente. Por último, era hora de escuchar la música de Silvestre y la naranja antes de presentarse al grupo Diller.
Pipo tocó su varita mágica cerca del teléfono móvil y las canciones comenzaron a reproducirse automáticamente. Cuando Flor finalmente se presentó al grupo Diller, estaba tranquila y segura gracias a la ayuda mágica de Pipo.
Los demás miembros del grupo quedaron impresionados con sus habilidades y le dieron una cálida bienvenida. Flor se dio cuenta de que, aunque tenía muchas tareas por hacer, no debía sentirse abrumada. Con organización y ayuda, podía lograr todo lo que se proponía.
Desde ese día en adelante, Flor recordó la importancia de pedir ayuda cuando lo necesitaba y cómo un poco de magia puede hacer las cosas más fáciles. Y así, siguió adelante con su vida llena de energía y determinación.
Y colorín colorado, esta historia ha terminado.
FIN.