La maldición de Mateo y Luna



Había una vez en un pequeño pueblo llamado El Retiro, ubicado al pie de una imponente montaña, una maldición que acechaba a sus habitantes desde tiempos inmemoriales.

Se decía que aquel que se atreviera a subir la montaña nunca regresaría, sumido en un sueño eterno del cual jamás despertaría. En este pueblo vivía Mateo, un niño valiente y curioso que siempre anhelaba explorar más allá de los límites impuestos por la maldición.

Un día, mientras jugaba en el bosque cercano a la montaña prohibida, escuchó un susurro proveniente de lo más profundo del bosque. Intrigado, decidió seguir el sonido hasta llegar a una clara oculta entre los árboles.

Allí encontró a Luna, una niña misteriosa con ojos brillantes como las estrellas y cabello plateado como la luna llena.

Luna le contó a Mateo sobre la verdadera historia detrás de la maldición de El Retiro: hace muchos años, un hechicero malvado había conjurado un hechizo para proteger un tesoro escondido en lo alto de la montaña. Pero el hechizo se volvió en su contra y atrapó no solo al hechicero, sino también a todos los que intentaran acceder al tesoro.

"¿Y cómo podemos romper esta maldición?", preguntó Mateo con determinación en sus ojos. Luna le explicó que la única manera de romper el hechizo era encontrar el corazón puro capaz de vencer al mal que lo había creado.

Juntos decidieron emprender el peligroso viaje hacia la cima de la montaña, desafiando todos los obstáculos que se interponían en su camino. Durante su travesía, enfrentaron criaturas fantásticas y pruebas difíciles que pusieron a prueba su valentía y amistad.

Pero con perseverancia y confianza mutua lograron llegar al lugar donde se encontraba resguardado el tesoro maldito. Al abrir el cofre dorado, descubrieron dentro un brillante cristal azul resplandeciente como el cielo despejado.

En ese momento supieron que ese era el corazón puro del cual hablaba Luna. Con decisión y coraje, Mateo colocó el cristal en el centro del antiguo altar donde reposaba encerrada la esencia maligna del hechicero.

Una luz intensa iluminó todo El Retiro mientras la energía oscura se disipaba lentamente hasta desaparecer por completo. La maldición había sido finalmente rota gracias al valor y nobleza de dos niños dispuestos a arriesgarlo todo por salvar a su pueblo.

Desde ese día, El Retiro prosperó bajo la luz del sol sin temor alguno, recordando siempre la valentía de Mateo y Luna quienes demostraron que incluso las mayores adversidades pueden ser superadas cuando se actúa con amor y determinación.

FIN.

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