La Mancha de la Clarita


La Clarita estaba muy triste y arrepentida por haberse portado mal en la escuela. Sabía que había sido una mala compañera con sus amigos y no había prestado atención en clase.

Cuando llegó a casa, le contó a su mamá lo sucedido y ella le dijo:-Clarita, sé que te sientes mal ahora mismo, pero tienes una oportunidad para hacer las cosas bien mañana. Puedes pedir disculpas a tus amigos y ayudar a limpiar la escuela.

La Clarita se sintió un poco mejor después de hablar con su mamá. Decidió que tenía que hacer algo para remediar su comportamiento del día anterior. Al llegar al colegio, la seño le recordó que tenían trabajo por hacer.

La Clarita tomó el trapo y el balde de agua que la seño le dio y comenzaron a limpiar las paredes de la escuela junto con otros compañeros. Mientras trabajaban, La Clarita pensaba en cómo podía mejorar como persona.

De repente, vio una mancha difícil de quitar en una de las paredes del patio. - Seño, ¿puedo intentar quitar esta mancha? -preguntó La Clarita. - Claro -respondió la seño-. Pero es muy difícil de sacar.

La Clarita empezó a frotar con fuerza la mancha, mientras los demás seguían limpiando otras partes del colegio. Después de varios minutos, logró quitarla por completo. - ¡Miren! -gritó emocionada-.

¡Logré sacarla! Los demás compañeros fueron corriendo hacia donde estaba La Clarita para ver lo que había hecho. - ¡Eso es genial! -dijo uno de ellos-. ¿Cómo lo hiciste? La Clarita explicó cómo había logrado quitar la mancha y todos quedaron impresionados. - La Clarita, ¡eres genial! -dijo la seño orgullosa.

La Clarita se sintió muy feliz y realizada. Sabía que había aprendido una lección importante: que cuando hacemos algo mal, siempre podemos hacer algo para remediarlo.

Desde ese día en adelante, se dedicó a ser una mejor compañera en el colegio y a prestar atención en clase.

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