La mano y la letra


Había una vez un niño llamado Albertito que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y cascadas. Albertito era conocido por todos los niños del pueblo como el niño manco, ya que había nacido sin su brazo derecho.

A pesar de su discapacidad, Albertito siempre tenía una sonrisa en su rostro y nunca se dejaba vencer por las adversidades. Sin embargo, había algo que lo frustraba mucho: no sabía leer.

Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, vio a una niña leyendo un libro. Admirado por la habilidad de la niña para leer, Albertito decidió preguntarle cómo lo hacía. "Hola, ¿cómo haces para leer tan bien?" - preguntó Albertito curioso.

"Hola" , respondió la niña. "Es fácil si practicas todos los días". "Pero yo no sé leer", dijo tristemente Albertito. "¡No te preocupes!" exclamó la niña emocionada. "Yo puedo enseñarte".

Y así comenzaron las lecciones de lectura entre los dos amigos. La niña llevaba libros cada día al parque y juntos iban aprendiendo poco a poco las letras y palabras nuevas. Pero no todo fue fácil para Albertito.

A veces se sentía frustrado porque le costaba más trabajo aprender que a otros niños. Pero su amiga siempre estaba ahí para animarlo y recordarle lo importante que era seguir intentándolo.

Un día, cuando estaban leyendo juntos bajo un árbol en el parque, llegó un hombre extraño al pueblo diciendo ser el dueño del lugar donde vivían todos los habitantes del pueblo. El hombre quería que todos se fueran, pero Albertito y sus amigos no sabían qué hacer.

"¿Qué vamos a hacer ahora?" preguntó Albertito preocupado. "No lo sé", dijo la niña pensativa. "Pero podemos buscar una solución juntos". Así, los dos amigos comenzaron a investigar sobre el dueño del pueblo y descubrieron que era un impostor.

Con la ayuda de todos los habitantes del lugar, lograron expulsarlo y salvar su hogar. Después de eso, Albertito se dio cuenta de que había aprendido mucho más que solo a leer.

Había aprendido sobre la importancia de trabajar en equipo, perseverar ante las adversidades y luchar por lo que es justo. Y así fue como Albertito el manco aprendió a leer gracias a su amiga y también descubrió el verdadero valor de la amistad y la valentía.

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