La mansana mágica



Había una vez un niño llamado Tomás, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos árboles. Un día, mientras jugaba cerca del bosque, vio a lo lejos una mansana brillante colgando de un árbol.

Tomás se acercó corriendo al árbol y extendió su mano para agarrar la mansana. Pero justo cuando estaba a punto de alcanzarla, apareció una bruja malvada. "¡Esa mansana es mía!"- dijo la bruja con voz ronca y amenazadora.

Tomás se asustó mucho, pero decidió ser valiente y no dejar que la bruja le quitara su premio. "Lo siento señora bruja,"- respondió Tomás con determinación,"pero esta mansana está en el árbol público y cualquiera puede tomarla".

La bruja gruñó furiosa, pero al ver la valentía del niño decidió hacerle una propuesta. "Escucha bien, niño valiente"- dijo la bruja,"Si eres capaz de completar tres desafíos que te daré, podrás quedarte con la mansana".

Tomás aceptó el desafío sin dudarlo y la bruja comenzó a explicarle los retos. El primero consistía en ayudar a una anciana a llevar sus bolsas pesadas hasta su casa. El segundo era encontrar las llaves perdidas del señor Antonio y devolvérselas.

Y el último reto era preparar una comida deliciosa para todos los vecinos del pueblo. Tomás comenzó por el primer desafío e inmediatamente se encontró con una señora de edad avanzada que luchaba por llevar sus bolsas.

Sin dudarlo, el niño se acercó y ofreció su ayuda. "Permítame ayudarla, señora"- dijo Tomás amablemente. La anciana sonrió y aceptó la ayuda de Tomás.

Juntos caminaron hasta llegar a la casa de la señora, donde ella le agradeció con una taza de té caliente y un delicioso pastel casero. El siguiente desafío fue encontrar las llaves perdidas del señor Antonio. Tomás buscó por todo el pueblo hasta que finalmente las encontró en un arbusto cerca del mercado.

Con las llaves en mano, corrió hacia la casa del señor Antonio para devolvérselas. Cuando llegó a la casa, el señor Antonio estaba muy agradecido y le invitó a quedarse para disfrutar de una comida juntos.

El niño aceptó gustoso y mientras comían, el señor Antonio compartió historias maravillosas sobre su juventud. Finalmente, llegó el momento del último desafío: preparar una comida para todos los vecinos del pueblo.

Tomás se puso manos a la obra y con la ayuda de algunos adultos, cocinaron platos exquisitos como empanadas argentinas, locro y asado. Cuando todos los vecinos se reunieron en la plaza central para comer juntos, vieron cómo Tomás había logrado superar los desafíos propuestos por la bruja malvada.

La bruja apareció nuevamente frente al niño y dijo:"Has demostrado ser valiente y generoso. Te ganaste esa mansana". Tomás sonrió feliz mientras tomaba un mordisco de la deliciosa mansana.

La bruja, sorprendida por la nobleza y valentía del niño, decidió cambiar su actitud malvada y prometió utilizar sus poderes para hacer el bien. Desde ese día, Tomás y la bruja se convirtieron en grandes amigos y juntos ayudaron a mejorar la vida de todos en el pueblo.

Y así, gracias a su valentía e inteligencia, Tomás demostró que no hace falta usar magia para ser un verdadero héroe. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

FIN.

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