La manzana y el gusano



En un hermoso jardín, una juguetona manzana llamada Rosita colgaba feliz en una rama, listo para ser recogida. Mientras tanto, cerca de allí, un pequeño gusano llamado Nachito revoloteaba entre las hojas, buscando un lugar para vivir.

Un día, Nachito vio la reluciente manzana y sintió curiosidad por explorarla. "¡Hola, amiguita manzana! ¿Puedo entrar en tu hogar?", preguntó Nachito. "Pero claro, pequeño amigo gusano. Adelante", respondió Rosita con una sonrisa.

Así, Nachito se deslizó al interior de la manzana, creando túneles y recorriendo cada rincón. Pronto, la manzana empezó a sentirse débil y arrugada. Rosita estaba preocupada y le preguntó a Nachito qué estaba pasando.

El gusano, sorprendido, se disculpó y explicó que no se había dado cuenta del daño que estaba causando. Rosita, en lugar de enojarse, decidió ayudar a Nachito a comprender cómo sus acciones estaban lastimándola. Juntos, trazaron un plan para que ambos vivieran en armonía.

Nachito aprendería a hacer sus túneles de manera cuidadosa, y Rosita le enseñaría sobre la importancia de cuidar su hogar. Con el tiempo, la manzana y el gusano se convirtieron en grandes amigos, cuidándose mutuamente y compartiendo aventuras.

Y así, en aquel hermoso jardín, su amistad demostró que trabajar juntos y comprenderse mutuamente puede traer grandes cambios positivos para todos.

FIN.

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