La maravillosa piel de Vivian


Había una vez una niña llamada Vivian que era muy especial. Desde pequeña, Vivian tenía manchas en su piel debido a una condición llamada Vitilígo.

Sus primeras manchas aparecieron alrededor de sus ojos, haciéndolas lucir diferentes a las de sus compañeros. Un día, cuando Vivian fue a la escuela con sus nuevas manchitas alrededor de los ojos, sus compañeros se sorprendieron y empezaron a murmurar entre ellos.

"¡Mira! ¡Vivian se maquilló los ojos!"- dijo uno de ellos señalando hacia ella. "¿En serio? ¿Por qué tendría que hacer eso?"- preguntó otro curioso. Vivian escuchó los comentarios y sintió un poco de tristeza. No entendía por qué pensaban eso y cómo podría explicarlo sin sentirse mal.

Pero en lugar de enojarse o llorar, decidió enfrentar la situación con valentía y educar a sus compañeros sobre su condición. Esa misma tarde, Vivian le contó todo a su mamá.

Juntas decidieron que sería bueno hablar con el director de la escuela para organizar una charla especial sobre el Vitilígo y cómo afecta a las personas que lo tienen.

Al día siguiente, el director convocó a todos los estudiantes en el auditorio para escuchar la charla educativa que brindaría Vivian junto con un dermatólogo experto en Vitilígo. "Buenos días a todos", comenzó Vivian timidamente pero con determinación-. "Quiero contarles algo importante sobre mí".

Los niños se quedaron callados mientras prestaban atención a lo que iba a decir Vivian. "Tengo una condición llamada Vitilígo, que hace que mi piel tenga manchas blancas. Las primeras manchas aparecieron alrededor de mis ojos y por eso ustedes pensaron que me maquillaba".

Los estudiantes se miraron unos a otros, sorprendidos por la revelación. El dermatólogo tomó la palabra y explicó detalladamente qué era el Vitilígo y cómo afectaba a las personas.

Les enseñó que no era contagioso ni peligroso, simplemente hacía que algunas partes de la piel perdieran su color natural. Vivian compartió con todos su experiencia personal, hablándoles sobre cómo había aprendido a aceptar sus manchas y sentirse orgullosa de ser única. "Mis manchas son como pequeñas obras de arte en mi piel.

Cada una es diferente y especial", dijo Vivian con una sonrisa-. "Quiero que todos entiendan que somos diferentes en muchas formas, pero eso no nos hace menos valiosos".

Los niños escucharon atentamente las palabras inspiradoras de Vivian y comenzaron a comprender lo importante que era tratar a los demás con respeto y empatía. A partir de ese día, los compañeros de Vivian dejaron de hacer comentarios negativos e incluso empezaron a apreciar su belleza única.

Comenzaron a verla como alguien valiente y sabio, dispuesta siempre a educarlos sobre cosas nuevas. La historia de Vivian se convirtió en un ejemplo para todos en la escuela. Aprendieron juntos sobre aceptación, diversidad e inclusión.

Y desde entonces, nunca más juzgaron a nadie por su apariencia exterior. Vivian demostró que la verdadera belleza reside en el corazón y que nuestras diferencias son lo que nos hace especiales.

Y así, con su valentía y sabiduría, Vivian enseñó a todos una lección inolvidable: amar y aceptar a los demás tal como son.

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