La maravillosa sartén-nube de Gaspar



Había una vez un pequeño fantasma llamado Gaspar, que vivía en el cielo y estaba muy aburrido. Pasaba sus días flotando entre las nubes, sin tener nada interesante que hacer.

Pero un día, mientras se paseaba por el cielo, vio algo brillante caer desde una nube cercana. Curioso, Gaspar se acercó volando y descubrió que era un periódico. Lo recogió del suelo con sus manos vaporosas y comenzó a leerlo.

El fantasma no podía creer lo emocionante que era la vida en la Tierra; había noticias de todo tipo: deportes, arte, ciencia e incluso historias de aventuras. Gaspar decidió que quería ser parte de esa emoción y darle alegría a los niños humanos contándoles historias divertidas.

Pero había un problema: ¿cómo podría llevar las noticias hasta allí? Fue entonces cuando tuvo una idea brillante. El fantasma volvió a las nubes y convocó a sus amigos nubecitas para ayudarlo.

Juntos formaron una gran sartén gigante hecha de nubes esponjosas. Ahora Gaspar tenía la herramienta perfecta para llevar las noticias hasta la Tierra. Con su sartén-nube lista para despegar, Gaspar se subió sobre ella y comenzó su viaje hacia abajo.

Las personas en la Tierra miraban asombradas mientras el pequeño fantasma descendía lentamente desde el cielo. Una vez en tierra firme, Gaspar decidió visitar primero a los niños de un pequeño pueblo llamado Villa Feliz.

Flotando sobre las calles con su sartén-nube, el fantasma comenzó a contar historias alegres y emocionantes a los niños que se reunían alrededor. Las noticias de Gaspar se esparcieron rápidamente y pronto llegaron a oídos de un famoso escritor llamado Martín.

Martín quedó fascinado por la historia del pequeño fantasma y decidió escribir un libro sobre él. El libro fue todo un éxito, y Gaspar se convirtió en el personaje favorito de muchos niños.

El pequeño fantasma estaba feliz con su nueva vida como contador de historias. Todos los días volaba en su sartén-nube hacia diferentes lugares del mundo, llevando alegría y diversión a los niños con sus relatos mágicos.

Pero un día, mientras viajaba por una selva exótica, Gaspar notó que algo extraño estaba sucediendo. Las nubes que formaban su sartén comenzaron a desvanecerse lentamente.

El pobre fantasmita entró en pánico; si no tenía la sartén-nube, ¿cómo podría seguir contando sus historias? Desesperado por encontrar una solución, Gaspar recordó haber visto unas hermosas flores brillantes en lo profundo de la selva. Sin pensarlo dos veces, voló hacia ellas y las recogió rápidamente. De vuelta en la sartén-nube casi desvanecida, el fantasma colocó las flores encima y para su sorpresa...

¡las nubes empezaron a cobrar vida nuevamente! Ahora tenía una nueva sartén hecha de flores mágicas. Gaspar comprendió entonces que siempre habría una solución para cualquier problema si uno se esforzaba lo suficiente.

Siguió contando sus historias alegres y educativas, llevando diversión y enseñanzas a todos los rincones del mundo. Y así, el pequeño fantasma Gaspar demostró que con un poco de ingenio y determinación, cualquier sueño puede hacerse realidad.

Y desde aquel día, su sartén-nube florecida se convirtió en un símbolo de esperanza y felicidad para todos los niños que escuchaban sus increíbles historias.

FIN.

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