La Marimba Mágica de los Esmeraldeños



Era una calurosa tarde en Esmeraldas, un lugar lleno de colores y sonrisas. En el corazón de un pequeño pueblo vivía una familia muy especial: la familia Esmeraldeña. Esta familia tenía un bello legado ancestral que llegaba desde el viejo África, con una marimba que encantaba a todos.

Un día, la pequeña Ada decidió explorar el sótano de su casa. 'Quizás encuentre algo interesante', pensó. Mientras revisaba cajas polvorientas, Ada descubrió una marimba antigua, cubierta de colores brillantes.

"¡Mamá! ¡Papá! ¡Miren lo que encontré!" - gritó Ada, mientras arrastraba la marimba hacia el salón.

Su papá se acercó con una gran sonrisa.

"Esa marimba viene de nuestros ancestros. Tiene mucha historia. Cuando se toca, trae alegría y conecta nuestras raíces."

"¿Podemos tocarla ahora?" - preguntó Ada con ojos brillantes.

"Sí, pero hay que hacerlo con respeto y amor", respondió su mamá mientras acariciaba la marimba.

Esa noche, la familia se reunió alrededor de la marimba. La mamá comenzó a tocar una melodía suave, llena de recuerdos. Los abuelos entraron al salón y todos comenzaron a moverse al ritmo de la música.

"Cuando toca la marimba, se despiertan los espíritus de nuestros antepasados y sentimos su amor y alegría", explicó la abuela.

La abuela les relató historias sobre cómo sus ancestros habían llegado de África, trayendo consigo costumbres y valores que todavía hoy los unían.

"En África, la familia es todo", dijo la abuela. "Nos cuidamos, nos amamos y siempre estamos juntos."

Ada, emocionada por las historias, decidió que quería aprender a tocar la marimba.

"¡Yo también quiero que nuestras historias continúen!" - dijo Ada.

Con la ayuda de su familia, Ada comenzó a practicar. Al principio, las notas se mezclaban y sonaban un poco desentonadas. Pero cada tarde, después de la escuela, ella seguía intentando.

Una tarde, mientras Ada ensayaba, escuchó a sus amigos jugar afuera. Se asomó por la ventana y vio a sus amigos saltando y riendo.

"¡No puedo salir porque estoy practicando!" - se dijo a sí misma. Pero entonces, tuvo una idea brillante.

"¿Y si los invito a escucharme?" - pensó feliz.

Corrió afuera y gritó:

"¡Chicos! ¡Vengan a escucharme tocar la marimba!"

Al principio, sus amigos estaban un poco dudosos, pero al entrar al salón y ver la marimba, sus ojos se iluminaron.

"¡Qué hermosa es!" - exclamó uno de ellos.

"¿Nos vas a enseñar?" - preguntó otro.

Ada sintió que su corazón latía fuerte.

"Claro, ¡vengan! Vamos a hacer música juntos."

Así fue como Ada se convirtió en la maestra de su grupo. Les enseñó sobre la marimba, sobre la alegría de tocar y sobre las historias de sus ancestros.

Con cada nota, los amigos de Ada comenzaron a comprender la importancia de la marimba, y cómo a través de ella podían conectar con la historia de la familia Esmeraldeña.

Una semana después, la familia decidió organizar una fiesta en la plaza del pueblo.

"Queremos compartir nuestra música y nuestras historias con todos", dijo el papá de Ada.

Esa noche, el pueblo se llenó de risas, bailes y muchos niños queriendo aprender a tocar la marimba.

"¡Diversión y alegría para todos!" - gritó Ada mientras comenzaba a tocar.

La música resonó en la noche, uniendo a todos en una celebración de amistad y familia. La marimba mágica, interpretada por Ada y sus amigos, llenó el aire con risas y una alegría que se sentía en el corazón.

Al final de la noche, Ada miró a su alrededor y pensó:

"Este es el verdadero espíritu de mi familia Esmeraldeña. Juntos, siempre juntos, como un solo corazón".

Desde entonces, Ada nunca dejó de tocar la marimba, y siempre invitaba a sus amigos para que compartieran juntos la música de su herencia. La familia, llenando su hogar con amor, seguía celebrando su maravillosa historia, transmitiéndola de generación en generación.

FIN.

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