La mariposa amable



Una vez, en un pequeño pueblo llamado Encantavilla, vivía una niña llamada Pámparas. Era conocida por ser la más caprichosa de todas las niñas del lugar.

Sus padres estaban desesperados, ya que no sabían cómo hacer para que su hija dejara de portarse mal y se volviera más amable. Un día, sus padres decidieron llevarla a ver a Carmen, la anciana más sabia del pueblo. Carmen vivía en un castillo misterioso al final del bosque encantado.

Todos decían que tenía poderes mágicos y podía ayudar a las personas con problemas difíciles de resolver.

Cuando Pámparas llegó al castillo, Carmen la recibió con una mirada seria y le dijo: "Pámparas, he oído hablar mucho sobre tus caprichos y mal comportamiento. Si quieres cambiar tu actitud egoísta, debes aprender una lección importante". Pámparas estaba asustada pero también intrigada por lo que Carmen le decía. La anciana continuó: "He creado un conjuro especial para ti.

Si sales de este castillo antes de haber aprendido a ser amable y respetuosa con los demás, te convertirás en mariposa". Pámparas no podía creerlo. ¿Convertirse en mariposa? Eso sonaba extraño y emocionante al mismo tiempo.

Decidió aceptar el desafío y quedarse en el castillo hasta aprender su lección. Los días pasaron lentamente mientras Pámparas exploraba el castillo lleno de habitaciones secretas y libros mágicos.

Sin embargo, pronto comenzó a sentirse sola y triste sin tener amigos con quien jugar. Un día, mientras caminaba por los jardines del castillo, una niña llamada Azules apareció de la nada. Tenía el cabello azul como el cielo y unos ojos brillantes llenos de curiosidad.

Azules parecía ser una niña especial, llena de alegría y bondad. Pámparas y Azules se hicieron amigas rápidamente. Juntas exploraron cada rincón del castillo y compartieron risas y secretos.

Pámparas comenzó a darse cuenta de que ser amable y generosa era mucho más gratificante que tener todo lo que quería. Sin embargo, un día triste llegó cuando Azules le dijo a Pámparas que tenía que marcharse. Su familia se mudaba a otro lugar muy lejano.

Pámparas sintió un vacío en su corazón, pero sabía que necesitaba aprender a enfrentar los cambios y seguir siendo amable sin importar las circunstancias. Los días pasaron nuevamente, pero esta vez Pámparas estaba decidida a cambiar su actitud egoísta.

Ayudaba a Carmen en las tareas diarias del castillo, cuidaba el jardín mágico e incluso compartía sus juguetes con otros niños cuando visitaban el lugar. Finalmente, después de mucho esfuerzo y aprendizaje, llegó el día en que Carmen decidió liberar a Pámparas del conjuro.

La anciana sonrió al ver cómo había cambiado la niña caprichosa en una niña amable y considerada. Pámparas estaba feliz de volver a casa con sus padres, pero nunca olvidaría la valiosa lección que había aprendido en el castillo.

A partir de ese día, se propuso ser una niña amable y respetuosa en todo momento. Y así, Pámparas vivió felizmente en Encantavilla, compartiendo su bondad con todos los que la rodeaban.

Con el tiempo, se convirtió en una inspiración para otros niños del pueblo, demostrándoles que cambiar y ser amable puede hacer la diferencia en el mundo. La historia de Pámparas nos enseña que todos podemos cambiar y aprender a ser mejores personas si nos esforzamos por ello.

Además, nos muestra la importancia de la amistad y cómo las personas especiales pueden llegar a nuestras vidas cuando más las necesitamos.

FIN.

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