La Mariposa Cristalina y el Jardín de los Sueños



En la Unidad Educativa Cristal A, había un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores. Allí, los niños solían jugar y aprender sobre la naturaleza. Un día, mientras estaban en el recreo, una maravillosa mariposa de alas brillantes llegó volando. Todos se quedaron maravillados por su belleza.

"¡Miren, una mariposa!" - gritó Sofía, señalando hacia el cielo.

"¡Es tan hermosa!" - dijo Lucas, tratando de seguirla con la mirada.

La mariposa, que se llamaba Lila, se posó sobre una flor y los niños fueron acercándose poco a poco.

"Hola, pequeños amigos. Soy Lila, la mariposa cristalina, y he venido a mostrarles algo mágico" - les dijo, con una voz suave.

Los niños no lo podían creer.

"¿Algo mágico?" - preguntó Mateo, entusiasmado.

"Sí, hay un secreto en este jardín que solo se revela a quienes lo cuidan con amor" - respondió Lila.

Intrigados, los niños decidieron ayudar a cuidar el jardín. Regaron las flores, quitaron las hojas secas y plantaron nuevas semillas. A medida que pasaban los días, el jardín florecía de una manera aún más deslumbrante.

Un día, Lila les mostró un rincón que nunca habían visto antes. Allí, había un árbol enorme, con un tronco ancho y ramas que se extendían como brazos, lleno de hojas verdes y frescas.

"Este es el Árbol de los Sueños. Quien lo cuida y lo respeta, puede pedir un deseo" - explicó Lila, revoloteando a su alrededor.

Los niños se miraron entre ellos, emocionados.

"¡Vamos a cuidarlo todos los días!" - sugirió Sofía.

Con el paso del tiempo, el árbol creció aún más fuerte y hermoso. Pero un día, notaron que sus hojas empezaban a marchitarse.

"¿Qué está pasando, Lila?" - preguntó Lucas, preocupado.

"El árbol necesita más amor. No solo el agua y la tierra, sino el amor de todos ustedes" - respondió la mariposa, triste.

Los niños entendieron que en su entusiasmo por cuidar el árbol, habían dejado de jugar y disfrutar juntas en el jardín. Decidieron organizar un día especial para celebrar la belleza de la naturaleza.

"¡Hagamos una fiesta en el jardín!" - sugirió Mateo. "Así volveremos a llenarlo de alegría".

Y así fue que organizaron un gran picnic. Invitaron a sus familias y amigos, cantaron, bailaron y compartieron historias. El jardín se llenó de risas y alegría.

Al final del día, todos hicieron un círculo alrededor del Árbol de los Sueños y, en un susurro, expresaron sus deseos.

Lila, con sus alas brillantes, sobrevolaba el jardín, contenta de ver cómo los niños cuidaban no solo de las flores y el árbol, sino también de sus corazones. La magia ya estaba en el aire.

"Recuerden, queridos amigos, la verdadera magia nace del amor y la amistad. Siempre cuiden lo que aman" - les recordó Lila, antes de volar hacia el atardecer.

Desde aquel día, el jardín de la Unidad Educativa Cristal A nunca volvió a estar triste. Cada vez que veían a una mariposa volar, los niños sonreían, recordando que el cuidado de la naturaleza y la alegría de compartir eran el verdadero secreto de la felicidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!